Perredeístas y perremeístas se acusan mutuamente de los encontronazos que tienen en varios puntos del país algunos de sus dirigentes y militantes, a quienes parece les sube la bilirrubina más de la cuenta en el fragor de las discusiones políticas. Saco esta conclusión en el entendido de que las diferencias entre los altos dirigentes (o casi todos) de ambas organizaciones no pasan de ser políticas, jamás personales, por lo que no se justifica que en los planos medios y bajos se estén dando situaciones que presagian peores momentos cuando se esté acercando la cita comicial de mayo del próximo año. Basta el ejemplo de Bonao, donde los del PRM dicen que desconocidos portando armas cortas y largas ocuparon manus militari su local allí, acción que atribuyen a gente del PRD, mientras el partido blanco dice que fue todo lo contrario, que quienes habrían asaltado el local perredeísta fue gente del PRM. ¿A quién le creo, si cada una de las partes tiene sus argumentos…?
Por volver
Hay un exsenador perredeísta del lejano sur profundo del que me dijeron ha llenado todos los requisitos para formalizar un pacto y volver tras la misma posición legislativa, pero esta vez en la boleta colorá, para lo cual ya habría agotado conversaciones con la cúpula del PRSC, y tendría bien avanzado todo el andamiaje para lanzar “en grande” su campaña, hasta con estructura de recaudación de fondos incluida. ¡Salud…!
Después de…
Entre peledeístas ortodoxos, no alineados en grupos, hay mucho optimismo frente a la posibilidad de consolidación interna en el partido morado, de cara a los comicios que se acercan. “El PLD sigue siendo el PLD, aunque la masificación haya traído los vicios propios de las grandes organizaciones. Los que están frotándose las manos pensando en un resquebrajamiento de la disciplina y el orden interno se quedarán con el moño hecho. Los días que vienen pondrán más claro el panorama. No tengas la menor duda”, me dijo uno de ellos. Y le creo…