Cuarta diferencia: Mientras la generalidad de las naciones libres de América Latina, Siglo 19 en sus primeras décadas, constituyeron Estados basados en instituciones y leyes con vocación de continuidad, en nuestro caso no sería sino hasta el triunfo de la Restauración, la gesta independentista de mayores alcances y profundidad social, cuando, en el tristemente breve gobierno de Espaillat, empezaría a definirse un verdadero Estado, proyecto que quedó trunco por la ambición desmedida de la lacra caudillista, que hasta ofreció en venta la República a Estados Unidos, cuyo Senado no autorizó comprar por ser “un país de negros”.
País muy especial (4)
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