Cabrera.- El desafío al asesino de los buzos producto de la terquedad de quienes arriesgan sus vidas con la improvisación continua. Otro pescador perdió la vida a causa de la pesca submarina con compresor.
Esta vez la víctima es Ernesto Alcéquiez (Boli), de 36 años, quien murió en las aguas del mar Caribe en la zona de Bávaro, próximo a Cabeza de Toro, cuando a unos 60 pies de profundidad, en lugar de recibir oxígeno, inhaló el letal monóxido de carbono enviado por el improvisado equipo a través de la manguera de su máscara de pesca.
Según narró su hermano Humberto, ambos se encontraban en aguas profundas cuando él notó que la planta, hecha de un compresor de aire, estaba enviando humo.
Dijo que dio la señal a su hermano para que subieran a la superficie, pero que éste le hizo otra señal de que continuaran bajando; fue entonces cuando sintió que la vista le fallaba y decidió subir.
Dice que ya arriba tuvo que recibir ayuda para subir a la yola, y que luego el yolero tomó la manguera de su hermano para intentar subirlo, pero que cuando éste llegó a la superficie ya había muerto asfixado.
Sus restos fueron trasladados a su ciudad natal, donde hoy están siendo velados en la Calle Lorenzo Alvarez.
Su sepelio se efectuará a las 4 de la tarde de este martes en el cementerio municipal de Cabrera.
El pasado domingo 17 de julio se cumplió justamente un mes de que otro residiente de la zona, el adolescente Juan Francisco Martinez (Nono), perdiera en las mismas circunstancias en el Banco de la Plata.