RIO SAN JUAN.- Moradores de este municipio están con el grito al cielo por la tanda de apagones y el bajo voltaje a los que los tiene sometido Edenorte, los cuales dicen están dañando electrodomésticos e impidiendo realizar sus tareas.
¨Sí, la poca luz llega, pero por cosas horas o minutos se pudiera decir. Es inaguantable esta situación porque esa luz que llega no mueve nada y todo lo que hay en la nevera se daña y el que no tiene para inversor o poder pagar o elevador, para poder subir el voltaje que cuando la luz le llegue bajita, se fuñó”, expresó un residente del sector Acapulco.
La queja más fuerte viene de los comerciantes, dicen no aguantar más y que lo peor del caso es que no son escuchados por quienes deberían intervenir ante esta deplorable situación.
¨El que no tiene para elevador, planta o inversor, sabe que todo lo que tiene en un freezer se le daña, de seguro que se daña. Pero hay que estar a la voluntad de Edenorte y a las promesas que hacen las autoridades, que cada vez son más inciertas¨, denunciaron.
Denuncian que los días que les corresponde el servicio eléctrico, muchas veces no la envían o lo hacen por pocas horas. Dicen que las noches la pasan a oscuras debido al mal servicio que les ofrecen.
Consideran inaceptable pagar por un servicio que reciben a medias y de manera escaza.
¨Si por lo menos el servicio de la luz correspondiera al cobro de los recibos, uno pagara conforme, pero estamos pagando por algo que no recibimos; por un servicio de mala calidad¨, dijo indignidad una ama de casa.
La peor parte parece llevarla los propietarios de salones de belleza. Dicen que casi siempre deben acudir a plantas para poder brindar el servicio a sus clientas. Y es que aunque haya luz, el bajo voltaje no las deja trabajar y cuando menos lo esperan se va el servicio y su trabajo se detiene.
El problema es de décadas, mientras las autoridades prometen y prometen y los apagones no parecen dar treguas.
Han sido tantas las promesas incumplidas que ya los munícipes no creen que pueda haber una solución. Muchos amenazan con tirarse a la calle y dicen no aceptan una reunion más.
Otros están resignados. Los comerciantes dicen que no les queda otro remedio que seguir haciendo lo que puedan con sus recursos para mantener sus negocios y productos.