A medida que envejecemos nos vamos aferrando más a las cosas y comenzamos a guardar objetos viejos con la creencia de que algún día servirán para algo hasta que nos damos cuenta que estamos llenos de cachivaches y que el tiempo se nos acaba y no haremos nada con ellos, los profesionales de la conducta recomiendan cada cierto tiempo limpiar nuestros espacios de todas esas cosas vetustas para tomar un aire nuevo y refrescante y que nuestra actitud hacia la vida sea positiva enfocada a lo moderno y vigente y no a rumiar el pasado.
Nuestro país, sobre todo en lo referente a lo político, debiera tomar el consejo de los psicólogos y despegarse muchas garrapatas enquistadas en su cuerpo social que se han ido acumulando con el tiempo y consumen la savia del aparato productivo, el país debe sacudirse e insuflar sangre nueva a sus venas eligiendo en la próxima contienda electoral personas que aunque no hayan tenido una extensa experiencia política, si hayan demostrado en su accionar de vida una actitud propositiva y condescendiente con el sufrimiento de un pueblo anquilosado por la opresión de una clase que se cree poseedora del “ maletín de la verdad”, como decía mi primo fallecido.
El haber ocupado una posición política algún tiempo o tener algunas relaciones en ese ámbito no te hacen obligatoriamente merecedor de una candidatura, hay quienes piensan que se lo merecen todo y son hijos del estado para vivir siempre de éste, aun no habiendo realizado nunca una acción que les haga merecedor de tal puesto.
No siempre “todo lo pasado fue mejor”, esa es una actitud de viejo resentido, nosotros debemos sacudir el cuerpo de nuestro país para liberarlo de sus parásitos.