Río San Juan.- Fueron 24 días de intenso trabajo, diligencias, conversatorios, protestas y hasta maldiciones, pero a eso de las 3:00 de la tarde de este viernes al fin pudieron entrar en funcionamiento a toda capacidad las plantas generadoras de energía en este municipio.
Y con la estabilización del voltaje también volvió lo que los aguaceros del pasado 20 de febrero también se habían llevado, el agua potable.
Las plantas de energía habían resultado dañadas cuando aquel 20 de febrero, producto de la lluvia, el río San Juan se salió de su cauce, causando derrumbe e inundando todo a su alrededor, incluidos los terrenos donde se encuentran instalados dichos generadores.
Con las plantas dañadas, tampoco podía funcionar el sistema de bombeo del acueducto de Inapa, lo que trajo consigo una gran escasez de ambos servicios, a pesar de que solo horas después del desastre natural, técnicos de ambas instituciones se apersonaron hacer el recuento de los daños para tratar de restablecer el servicio lo más pronto posible. No pusieron fechas, pues al notar que los daños eran mayores, tres plantas dañadas y hubo que desmontar dos para llevar a reparar a Santiago, no era prudente dar fechas para evitar que si por algún contratiempo no podían cumplir, los inconformes inmediatamente los crucificaran.
Ya a lo interno reinaba el pesimismo. Hablaban de que las reparaciones podrían llevarse meses, pero comenzaron a trabajar sin horario, y muchas veces un día de jornada concluía a las 3:00 de la madrugada. A esto sumaron las jornadas de repartición de agua potable en camiones por los barrios más populosos. Aun así, tuvieron que lidiar con algunos conatos de protestas, la quema de uno que otro neumático, par de marchas religiosas y de 8 fémeninas, y como no, también los insultos.
Pero aparentemente las días traumáticos por la falta de agua potable y energía eléctrica se pararon en 24 y ya para las 6 de la tarde de este miércoles, tres horas después de que la energía eléctrica fuera restablecida, el agua también llegó a los hogares de Río San Juan.
Para alegría de la mayoría, y coraje de los pocos que no desean que en el municipio reine la tranquilidad.