A la edad de 8 años empecé a trabajar con él, en Playa Grande Rent a Car. El que me conoce sabe que mi padre biológico murió cuando yo tenía 3 años de edad.
Seguí trabajando con él y llegamos en el 2006 a la sindicatura yo con apenas 18 años, en plena juventud.
Encontré en Alberto Alonzo ese cariño y respeto, a tal punto, que en mis berrinches y muchachadas plenas de la inmadurez y la juventud decían Masambula nada más escucha a Alberto. Y sí, era así, la relación de Alberto y mía era de padre e hijo.
Cuando decidí emprender rumbos políticos diferentes a los de él siempre me trató igual, nunca hubo diferencias personales. Siempre hablábamos y me daba consejos extraordinarios.
Siempre estuvo conmigo en mis peores momentos y siempre fui un protegido de él, aunque me fuera de su lado, quizás por mejoría, siempre ese cariño respeto y amistad estaba.
Para mi madre Landy era de mucha tranquilidad saber que Alberto me aconsejaba y me guiaba por buen camino.
De mis últimas conversaciones con él recuerdo que me dijo: Angel pórtate bien haz tu trabajo y deja esa muchachada que tú eres un viejo ya. En el todo que me lo decía era lo importante, lo que realmente estremeció mi corazón ese día.
Mi dolor más grande es no haber podido estar a su lado estos últimos meses.
Solo Dios y yo sabemos cómo hoy me siento.
Mi ingrato y mal agradecido de posiciones políticas y de trabajo, pero nunca de cariño respeto y Amistad. A pesar de esas diferencias política siempre estuviste ahí para mí, siempre presto a darme ese consejo de padre.
Descansa en paz mi querido viejo.