La semana pasada recibí una llamada de un amigo riosanjuanero de muchos años, a propósito del articulos que escribí sobre los guardias y sus intentos de intimidar la prensa, en la que me comentaba que la nota estaba incompleta y “floja”.
Me decía, que estaba equivocado, que los militares no solo usaban artimañas contra los periodistas, pues “por su formación egoísta, represiva y su manejo para provecho personal” también lo hacen contra ciudadanos comunes, incluso traicionando a algunos de sus propios amigos.
Como ejemplo puso el hecho de muchos que en base a su rango se han apoderado de propiedades, fincas y empresas, que con el salario que devengan no pueden sustentan la ostenticidad.
Incluso citó el caso de un guardia (conocido de él), que le puso droga a un “amigo” y luego mandó a requisar para que “cayera preso”, simplemente porque una mujer que el militar pretendía había expresado admiración por el joven, lo que le lastimó su ego.
Sacaba eso a colación para indicar por qué muchos de esos militares metidos a políticos quedaban mal parados, “pues solo estan formados para reprimir y cumplir órdenes, y como en la milicia el rango de mando era transitorio, solo pensaban en sacar provecho personal a la posición, mentalidad que llevan a la política y por eso fracasan, pues no saben trabajar con la colectividad”.
Mi respuesta fue simple, le dije que le respetaba su opinion, que yo no era quien para juzgar a toda una institución. Sin embargo, su comentario sí me hizo recordar una expresión de un oficial superior amigo que una vez me dijo que “en guardia y en cueros (prostitutas) no se podía creer” y que quien lo hacía “no creía en Dios”. Hoy ese amigo militar está en retiro y no sé si todavía mantiene esa postura.