En un artículo anterior que escribí, donde me referí a la situación actual y las proyecciones que entendía estarían influyendo para el futuro, sobre las tres principales fuerzas políticas, PRM, FP y PLD. De manera breve me referí a cada una de ellas, observando los pros y los contras que veía en cada una esas fuerzas políticas. En esta ocasión lo haré por separado, tratando de ir más profundo, sobre la situación que humildemente observo y que expondré tratando de ser lo más objetivo posible.
Vamos a comenzar con el Partido de la Liberación Dominicana- PLD-. Desde mi óptica es la que actualmente está en una situación más difícil, porque al no tener un candidato definido, esa elección programada para octubre, puede convertirse en un boomerang, que afecte significativamente esa entidad. El PLD está obligado a salir lo mejor posible del proceso interno para elegir su candidato, lo cual luce un poco complicado. Veamos las razones.
Primero: La negativa de la Junta Central Electoral de arbitrar el proceso, en un Partido que donde no hay árbitros, porque casi todos, ya sea de manera directa o detrás del telón, se identifican con uno de los aspirantes.
Segundo: y para mí la más relevante, es el curso que va tomando el proceso, donde la mayoría de las direcciones medias, ha tomado partida a favor de Abel Martínez, mientras la dirección ortodoxa, de la OTAN y dirigentes históricos del PLD, lo han hecho por Margarita Cedeño. Lo cual vislumbra, una posible confrontación, que de darse, arrojaría resultados, sólo comparables, a los que se produjeron en el 2020, que provocó la división y posterior derrota del PLD en las elecciones presidenciales.
Voy a poner un ejemplo para ilustrar un poco, sobre lo que trato de explicar, y fue lo ocurrido previo al proceso del 2020, donde todas las encuestas favorecían a Domínguez Brito, como el aspirante con mayores posibilidades de ganar un proceso interno. Como ahora, la dirección ortodoxa del PLD, no confiaba en Brito, por entender que no era confiable para ese sector y que, si era el candidato y posterior presidente, gobernaría con su estructura, que al final tomaría control del Partido.
La historia ustedes la conocen, la salida de Gonzalo Castillo, revierte la situación y al poco tiempo pasa a comandar las encuestas, desplazando a Brito del primer lugar. Esto no es especulación, ya que viví el proceso y conozco los detalles.
Ahora se está dando una situación parecida, pero mucho más complicada, ya que la mayoría de dirigentes medios de todas las Provincias, municipios y distritos, están cerrando filas con el Alcalde de Santiago. Y no sólo haciéndolo, sino con una actitud muy firme y radical, con un entusiasmo desbordante, reflejando que para ellos ha nacido una nueva esperanza, de que, con Abel el PLD, puede volver al poder.
No voy a entrar en emitir juicios sobre la creencia de que Abel es la garantía para volver al poder, es una esperanza, que la mayoría de peledeistas ha asumido. Digo esto porque siempre me he manejado con encuestas, y conozco la realidad de las simpatías electorales del momento, que casi siempre no coinciden con el sentir de quienes el entusiasmo, la esperanza y otras veces el fanatismo, llevan a ver la realidad distorsionada.
El asunto radica y es la más importante, en que la dirigencia ortodoxa, que se ha nucleado alrededor de Margarita, entiende lo mismo que pasó con Domínguez Brito. Porque su histórico en el PLD, el de Abel, siempre ha sido al lado de otros sectores internos y que su manejo es y siempre será, como un ente independiente. Consideran los ortodoxos, que si Abel es el candidato, se adueñaría del Partido y sería luego muy difícil cualquier acuerdo o negociación en una posible segunda vuelta electoral.
Por eso ustedes han visto que ya han empezado a salir encuestas, que evidencian, que con Abel el PLD no sólo no gana, sino que llevaría la organización a quedar en un lejano tercer lugar. Según esas encuestas que comenzó a divulgar Martínez Pozo, pero que hace tiempo lo han estado manejando internamente, Margarita la ganaría a Leonel para obtener un segundo lugar, pero Abel sería derrotado no sólo par Abinader, sino también por Leonel Fernández.
La estrategia de ese sector ortodoxo, se sostiene en que lo más importante es el Partido, por lo que el trabajo debe de ser por su fortalecimiento, siendo esto la garantía de un triunfo con quien esté mejor colocado en las encuestas. Es una manera de restarle importancia al candidato frente al Partido, como también una manera desde ahora de descartar a Abel, por no ser confiable para ellos.
Estas son cosas que no se dicen públicamente, pero que se hablan tras bastidores, y que está llevando al sector ortodoxo- tradicional, del Partido, ha esgrimir el argumento, de que una su campaña, Abel no se está ciñendo a los postulados de la organización. Para esto ponen como ejemplo, las actividades alternas que éste realizó el pasado fin de semana, a la actividad con la presencia de Danilo en Bonao.
Ahora, vamos a ver el escenario desde el punto de vista de Abel Martínez, quien está muy claro en el huracán que le puede venir arriba en cualquier momento, por lo que entiende que debe adelantarse, ponerle Shuter a la casa y esperar que llegue la situación sin tomarlo desprevenido. Por eso está actuando con extrema rapidez, organizando sus equipos, radicalizándolos, sembrándole la esperanza, de que él es la única alternativa para volver al poder.
Con esa estrategia se toma sus riesgos, porque desafía el sistema, pero según indican sus acciones, no quiere que lo tomen por sorpresa y prefiere fortificar su estructura, para poder resistir y salir victorioso. Entiendo que Abel está consciente que por encuestas, sus posibilidades disminuyen significativamente. ya que Margarita es más conocida y por lo tanto sus posibilidades son mayores.
El riesgo que se tomó Abel al organizar varias actividades coincidentes a la organizada por el Partido con Danilo, indiscutiblemente, le quitó impacto a esa actividad. Abel sonó más que Danilo en ese fin de semana y eso es algo que aprovecharán para usarlo en su contra, presentándolo como un desafío al establishment.
Entiendo a Abel, porque si se queda de brazos cruzados, esperando que terminen las actividades programadas por el Partido con Danilo, prácticamente quedaría fuera del escenario. En cambio, si se toma el riesgo de marchar de manera paralela a estas actividades, estará conformando un frente sólido, que se convertiría en un muro de contención para impedir que lo saquen del juego sin llegar al noveno episodio.
Como le ocurrió a Francisco, Abel Martínez ya no tiene tiempo de consagrarse como una figura que inspire confianza a la OTAN y la ortodoxia peledeista, pero si podría, tener tiempo, para estructurar una fuerza, muy radicalizada que esté dispuesta a echar el pleito hasta las últimas consecuencias. Aunque para esto se necesita mucho valor, lo cual no es usual en el PLD, cuando se trata de enfrentar el mando supremo de esa organización.
En caso de producirse una confrontación fuerte, Abel siempre correrá el riesgo, como le ha pasado a muchos, de observar como un amplio sector de los que hoy corren a su lado, deciden dar marcha atrás, porque lo primero es el “Partido y la lealtad”. Aunque siempre existirán algunos, que lo acompañarán hasta el final.
Esperemos a ver lo que pasa en los próximos días, ya que, según la encuesta leída por Martínez Pozo, el objetivo del PLD no es disputarle el primer lugar a Abinader, sino el segundo lugar a Leonel, que según esa medición, sólo es posible si Margarita es la candidata.
Alea iacta est: La suerte está echada
