Todo el que tiene alguna experiencia en marketing político sabe que hay dos tipos de encuestas, las que usan los partidos para elaborar sus estrategias y las que realizan entidades independientes, como el empresariado, la Embajada de Estados Unidos y compañías dedicadas a ofrecer consultoría.
Quien tiene algún tipo de oportunidad de acceder a las mediciones independientes, sabe con precisión por dónde andan los números de cada aspirante presidencial, así como los que marca cada Partido. En algunos casos la similitud entre candidato y Partido es muy cercana, aunque en otros es muy amplia la diferencia.
En lo relativo a las mediciones que presentan a la opinión pública las organizaciones políticas, carecen de absoluta credibilidad, ya que manejan los números como una manera de impactar positivamente en el electorado, creando una percepción favorable. Esas mediciones tienen una finalidad exclusiva para el trabajo electoral, que les irá diciendo como ajustar ciertas situaciones, para ir mejorando.
El acontecimiento político más relevante en los últimos dos meses, fue la Consulta realizada por el PLD para definir su candidato presidencial. Después de ese acontecimiento la readecuación del tablero electoral no ha sido significativa, según indican las últimas mediciones independientes. Abinader y Leonel mantienen casi su mismo posicionamiento, salvo mínimas variaciones, y Abel reagrupó en principio, la simpatía de los demás aspirantes, Margarita y Domínguez Brito.
Otro acontecimiento importante que aconteció en el País, fue la decisión de Julio Cesar Valentín de conformar una nueva organización política, que tendrá el nombre de Justicia Social. Considero que, por el asunto de la navidad, será el próximo año que se podrá determinar los efectos que esa decisión tendría en el espectro político nacional.
Las mediciones independientes que se realicen entre febrero y marzo del 2023, podrían ir desde ya marcando una tendencia hacia las elecciones del 2024. Aunque estarían las elecciones municipales en el camino, no creo que estás determinen, aunque si influyan, en establecer con seguridad lo que pasará en las presidenciales de mayo del 2024.
Esa es mi humilde punto de vista sobre la realidad electoral que vive el País en estos momentos, el cual aunque está avalado por varias mediciones, los números prefiero reservármelo, porque son fotografías del momento, que por circunstancias coyunturales pueden variar. Además, los que manejan esa área tan delicada, son los llamados a darlos a conocer y si no lo han hecho es por alguna razón.
Cuando escribo sobre cualquier tema y más sobre el político- electoral, trato de ser lo más objetivo posible, aunque es algo un poco difícil, pero no imposible cuando se actúa con responsabilidad. Ya que el fanático de inmediato infiere, que si el análisis no lo favorece es porque responde a determinados intereses.
Como todo ser humano puedo equivocarme, pero jamás actuaré de espalda a la realidad, ni convertirme en parte de algo tan deleznable, como lo es el esquema moderno de la posverdad. Como siempre lo he hecho al margen de banderías política, seguiré haciendo mis análisis dentro de la mayor objetividad posible.
Nos vemos en el próximo, porque ahora con mayor espacio, le dedicaré más tiempo a profundizar y escribir sobre temas políticos, aunque no dejaré a un lado, los artículos que ya tienen sus seguidores, sobre filosofía, espiritualidad, de la conducta humana, trastornos de la mente, científicos, internacionales, educativos, sobre relatos, salud, económicos y consejos diversos.


 
  
                        
                        
                        
                    


