NUEVA YORK.- Guillermo Moreno es un ciudadano meritorio, capaz y de una reciedumbre moral que le da valor al gentilicio dominicano. En los ámbitos público y profesional prestigia las funciones desempeñadas.
Con él se puede y debe diferir en el difícil terreno de la política. Sin embargo, hasta opositores y detractores reconocen su lealtad a los principios que sustentan sus posiciones progresistas y democráticas y su incuestionable apuesta a una sociedad que les dé prioridad a las necesidades humanas.
Su inquebrantable voluntad de pretender construir un partido donde sus miembros y organismos se sometan a sus normas, estatutos, métodos de trabajo y objetivos políticos generales, habla en el mejor sentido de él y de su sólida identidad con los valores y principios que marcaron la vida del patricio Juan Pablo Duarte.
Este, su proceder, con el cual marca la conducta de la militancia de Alianza País, entidad partidaria que preside, adquiere más significado al saber que se actúa en un sistema partidista donde los valores doctrinales e identidades ideológicas pretéritas han sido sustituidos por un ejercicio político dominado por la corrupción, lo mercurial y una búsqueda desenfrenada del ascenso social del individuo sin importar el interés de la colectividad.
La sociedad dominicana amerita en la administración pública y en las funciones electivas de ciudadanos/as con características como las que distinguen a Guillermo Moreno. Esto pudiera contribuir a revalorar la política como recurso de servicio y liberación, así como acercar el momento donde construyamos y disfrutemos una sociedad distinta a la actual y donde prevalezcan la democracia electoral y social, la seguridad, la inclusión, la solidaridad y el bienestar.
Aun así y como dice el pueblo no es una “monedita de oro”, por tanto, en una labor tan apasionada como la política es obvio que genere adhesión y rechazo, promovido este ultimo por una beligerante minoría de la casta política dominante beneficiaria de la corrupción y la impunidad, así como de la ausencia de un régimen de consecuencias que sin distinción alguna penalice todo proceder que viole la Constitución y leyes del país.
En este contexto es que se debe valorar la impresionante reacción ciudadana conocida a partir de la posibilidad de que Guillermo Moreno sea postulado a senador del Distrito Nacional por un conjunto de partidos entre los que se ha mencionado al Partido Revolucionario Moderno y Alianza País.
Esta versión, aún por confirmar, ha provocado más atención y comentarios en la opinión pública nacional que la generada por millares de reales precandidatos del variopinto sistema partidario, incluidos, claro está, los precandidatos de los partidos que hegemonizan dicho sistema.
Esto de por si muestra lo que significa para la sociedad el ejemplar ciudadano Guillermo Moreno.
Por todo lo expuesto y más, “vale”, como dijo el afamado periodista Ramon Colombo, que los partidos mencionados “postulen, unidos, a Guillermo Moreno para la senaduría del Distrito Nacional. Ojalá”.