No es verdad que la Lotería Nacional es la “amiga del pobre y del rico”, como tampoco es cierto que “la casa pierde y se ríe”. La casa nunca pierde. Y la Lotería es la amiga del rico, no del pobre. Los ricos no juegan, más que por deporte.
Un país que tiene más bancas deportivas, casi 200 mil, 150 mil de lotería, casinos donde no deben estar, máquinas tragamonedas por doquier, no puede progresar y salir del atraso y el subdesarrollo. Al contrario, seguirá sumido en el oscurantismo más abyecto que alguien puede imaginarse.
En este país, de mis sueños y desvelos, hay más bancas de apuestas y deportivas que universidades, colegios, escuelas, centros deportivos y culturales, juntos, convirtiéndose en un poder ilimitado.
Alguien me dijo:” ¡Ese es un mal necesario!” ¿Por qué?, pregunté. Sencillo, porque los políticos que gobernaban el país durante 20 años, (PLD) lo hicieron suyo creando consorcios pertenecientes a los grupos que se repartieron el país. “Cada grupo creó su propia estructura de juegos de azar” para dejar que fuera la esperanza de la gente la única forma de salir de la miseria, no al trabajo, no a la lucha por mejorar su condición de vida material y espiritual.
A través de los juegos de azar llegó el narcotráfico, el lavado de activos, el crimen organizado, el secuestro y la corrupción que beneficiaba a los “líderes” del PLD, y, por supuesto, del “bajo mundo”. Además, la política llegó a los casinos, a las bancas de juego, dando como resultado que los zares del juego se inscribieron en los partidos, buscaron diputaciones, senadurías, regidurías y alcaldías. Hoy tenemos diputados, senadores, regidores y alcaldes en todo el territorio nacional de todos los partidos, incluyendo el partido oficial, a lo que nadie puede oponerse porque sería violar los “derechos humanos” garantizados en la Constitución de la República.
La mayoría de los “banqueros” buscan protección participando en la política y aspirando a cargos de elección popular, lo cuales logran con relativa facilidad porque pueden “comprar la voluntad popular”, impidiendo que ciudadanos honorables puedan lograr un puesto en el Congreso. (No me extrañaría si un “banquero” se convierta en presidente del Senado, de la cámara de Diputados, incluso, presidente de la República)
Un funcionario del área de los juegos de azar afirma que una banca relativamente pequeña puede dejar de beneficio hasta once millones de dólares mensuales, porque su costo es muy bajo debido a que suele pagar salarios de miseria a sus empleados, generalmente mujeres, que exponen sus vidas laborando diez y doce horas sin el pago de horas extras, bonificación, etc. (Son tratadas como esclavas).