Enarbolando con ella la dignidad de México, la Presidenta Claudia Sheinbawn rechazó la decisión del Presidente Luis Abinader, de no invitar a Cuba, Nicaragua y Venezuela (por ser países jodones) a la Cumbre de las Américas, que habrá de celebrarse aquí en diciembre. Y fue más lejos: la jefa del Estado Mexicano, que a lo largo de su historia ha hecho valer una política exterior siempre independiente, anunció, en solidaridad con los países rechazados, que México no asistirá a dicha cumbre, que ya no será continental…(Me surge nuevamente un grito que he lanzado miles de veces por mi segunda patria: ¡Viva México!).
