NUEVA YORK.- Un largo trayecto de casi cinco años, en el que sería practicamente volver al recorrer un camino hartamente recorrido, aunque más espinoso, pero valió la pena. Hoy oficialmente y con mucho orgullo nuestra doctora riosanjuanera, Wilma Suero es admitida en el Sistema de salud de los Estados Unidos.
Ya tiene su licencia, por lo que pasó a formar parte del 6% de médicos latino que logran insertarse en el sistema de salud estadounidense.
Como ella misma lo expresa, ser un médico latino que alcanza la certificación FNP-BC (Family Nurse Practitioner – Board Certified) en los Estados Unidos es mucho más que un logro académico: es un símbolo de perseverancia, identidad y compromiso con el servicio.
Implica superar desafíos estructurales como la validación de estudios, las diferencias culturales y las exigencias del idioma para integrarse plenamente en uno de los sistemas de salud más rigurosos del mundo, alcanzando una certificación avanzada que permite ejercer de manera autónoma en la atención primaria y comunitaria.
“En un país donde los profesionales latinos en salud siguen siendo una minoría (menos del 6% del total), cada FNP-BC latino representa una voz que rompe barreras, inspira a nuevas generaciones y amplía el acceso a una atención más equitativa y representativa”, indica.
“Ser parte de un grupo aún reducido de profesionales de salud latinos en este país me llena de orgullo, pero también de una enorme responsabilidad. Porque sé que detrás de este título hay representación, esfuerzo generacional, y esperanza para muchos que vienen detrás”, resalta.
Expresa, que este logro es una demostración tangible de que la excelencia profesional es un tesoro valorado en cualquier parte del mundo.
“Agradezco a este maravilloso país que me ha abierto sus puertas y ha puesto a mi disposición recursos que me han permitido seguir avanzando en la ciencia, Dios bendiga a América”, exclama.
Y es que la doctora Suero , extiende una trayectoria de servicio que ha sabido llenar a plenitud en cada etapa de su recorrido profesional, tanto en Estados Unidos como en su República Dominicana.
Solo basta recordar cuando siendo muy joven asumió con entereza y profesionalismo la responsabilidad de dirigir el hospital Desiderio Acosta en su natal Río San Juan, en cuyas funciones como incumbente tuvo que enfrentar grandes desafíos como la explosión del mortal Covid-19 en 2020, y cuya labor fue alabada por sus compueblanos y exntrajeros.
“Hoy no solo celebro una meta alcanzada, celebro también la posibilidad de ser un puente entre culturas, una voz para mi comunidad, y un ejemplo de que sí se puede”, concluye Suero, dando gracias y “toda gloria y honra a Jehová Dios que me ha cubierto bajo su sombra y me ha guardado como la niña de sus ojos”.






