Nueva York.- Las playas de Nueva York están heladas. Las frías temperaturas impiden que el dominicano residente aquí ni siquiera piense en darse un baño de sol como lo haría en su país en esta Semana Santa.
Por eso, como en Viernes Santo nos es posible disfrutar del agua caliente y la blanca arena de sus playas, ni del ‘pescaíto’ frito, ni mucho menos darse una ‘bronceadita’ con ese sol tropical que quema la piel hasta al más oscuro, sólo queda darse una ‘jartura’ de habichuela con dulce.
Y para eso, los dominicanos en Nueva York y Nueva Jersey tienen su secreto: Nidia Henríquez (La Rubia). Por más de 19 años el sazón de esta mujer oriunda de Moca ha sido el deleite, no sólo de dominicanos, sino de todo aquel que busca darse una dulce calentadita al paladar con el glorioso néctar criollo.
Y vaya si van muchos. Entre jueves, viernes y sábado La Rubia y su hija Chave no dan a bastos para atender las largas filas que desafiando las frías temperaturas forman los comensales en la avenida San Nícolas y la calle 182, en el mismo corazón de la comunidad dominicana en Nueva York, el Alto Manhattan.
“Todavía es muy temprano”, dijo Chave, cuyo nombre real es Isabel Peralta, cuando a las 11:00 de la mañana de este viernes se le preguntó por la cantidad de habichuela con dulce que había vendido. Era temprano, pero ya la fila ocupaba media cuadra y se habían servido 65 galones de habichuela. Mucho verdad? Pues no, la demanda apenas comenzaba, la Chave calcula que este viernes la venta será de más de 500 galones.
Y tiene razón para vaticinar esa venta, pues el día anterior vendieron unos 400 galones, una cifra que tomando en cuenta que no era el día de mayor demanda, demuestra que 500 galones es entonces una cifra conservadora.
Y si quieren saber que tanta es la demanda sólo vasta con preguntarle a los compradores.
“Yo tengo cinco años comprando habichuelas aquí. Son las mejores que he probado”, dijo Aura López, una joven que confesó viaja religiosamente todos los Viernes Santo desde El Bronx a comprar habichuelas en esta esquina, y quien sin pensarlo dos veces se llevó una cubeta con 2 galones.
Y ni hablar de Nurys Pérez, quien hizo el viaje desde Nueva Jersey para disfrutar de las habichuelas de La Rubia. “Estando aquí las mejores habichuelas con dulce que existen no creo que valga la pena hacerlas en casa”, dijo. “Y más con el trabajo que dan hacerlas”.
Quizás de mucho trabajo, y La Rubia lo sabe. “Comienzo a hacerlas a las 2:00 de la mañana y todavía a las seis de la tarde estoy trabajando sin descanso para poder abastecer la demanda”, dijo La Rubia, quien se negó a revelar el secreto del sabor; un saber que atrae a policías, mormones, taxistas y toda persona, sin importar color, raza ni religión, que guste del dulce néctar criollo.
Porque son muchos los que van y muchos más los que esperan en casa por su habichuela; por eso es común que los clientes se preparan un poco para tomar en ese momento y grandes ollas y galones para llevar.
Es tal la tradición y la demanda que hay empresas que han optado por llevar las habichuelas a sus locales para no distraer mucho a sus empleados. Una de esas empresas es la base de taxis Seaman, que este jueves y sábado santo distribuyó unos 100 galones de habichuelas entre sus taxistas.
Y es que el dominicano ‘no coge corte’ con su habichuela con dulce en Semana Santa.