Todos los procesos electorales, sean estos primarias internas de los partidos o externos interpartidarios, tienen características particulares, elementos propios y únicos, pero al mismo tiempo todos tienen algo en común y es el juego de los intereses, sean estos políticos, económicos o simplemente de ego.
Actualmente estamos enfrentando un proceso electoral muy complejo, ya que estarán en discusión no sólo la presidencia de la República, sino miles de cargos congresuales y municipales, lo que implica un aumento significativo de la lucha de intereses y por ende una mayor complejidad para lograr esos objetivos.
En realidad he llegado a comprender la capacidad del ser humano para adecuarse a las circunstancias, desarrollando en muchos casos una gran capacidad de simulación e histrionismo que en muchos casos logran asumir poses no del todo auténticas, pero que la misma crudeza de la lucha política los ha curado y permitido adaptarse a situaciones aún en contra de sus sentimientos.
Pero lo más difícil de estos procesos electorales es que en muchos casos te lleva a distanciarte de personas a las cuales puedes tener aprecio y cariño sincero, pero al mismo tiempo te acerca a otros que su único objetivo es manipularte para obtener determinados logros personales.
Ese es el riesgo que todo dirigente político debe asumir, pero el tiempo y la experiencia nos van enseñando a asimilar los golpes como un buen boxeador, entendiendo que siempre estás vulnerable a cualquier estocada mortal, de quienes confías y a veces hasta llegas a querer con sentimientos al margen del interés político.
El aspecto negativo es que momentánea o definitivamente los procesos políticos te pueden separar o distanciar de personas con sanos valores, disgregando amistades basadas en profundos sentimientos de gratitud, pero a la vez pueden tener de positivo, que te permiten conocer a quienes se te han acercado buscando beneficios personales, logrando hasta cierto punto manipularte y confundirte en cuanto a sus reales intenciones.
Pero como dice Maxwell, vamos siempre a buscar el lado positivo del fracaso, tratando de que al final quedemos con la menor cantidad de enemigos y sobre todo conocer más a fondo a los "amigos" del momento.