Que por allá en España el rey don Juan Carlos abdicara en su hijo Felipe, a muchos en Dominicana le importa un pito. A mí sí. Lo extrañaré.
El uso abusivo de los medios de comunicación por parte de funcionarios con la sola y expresa intención de exponer prepotencia, odio y rabia, no nos deja más que un sentimiento de impotencia. ¿Quién pondrá freno a esta barbarie?
¿Quién se atreverá a decirle al honorable magistrado Roberto Rosario Márquez, el encargado de expedición de cédula y conteo de votos; al jefe del supremo, honorable doctor Mariano Germán Mejía, y al honorable doctor Milton Ray Guevara, del Tribunal Constitucional, que las sentencias hablan por ellos?
¿Quién le dirá “para” a Vinchito Castillo?
Por eso extraño al rey.
Necesitamos que nos visite y grite a todo pulmón: “¿Por qué no te callas?” …