Desde que concluyó el pasado proceso electoral, he escuchado con cierta regularidad a varios municipes de Río San Juan insinuar que en términos de gestión municipal nos esperan "4 años más de lo mismo".
Esto es tanto cierto como falso, pues a pesar de que el actual alcalde repetirá en sus funciones y se juramentará para un nuevo mandato el próximo 16 de agosto, 4 de los 5 regidores que componen la sala capitular y/o junta municipal no harán lo propio.
Durante la pasada década de administración del alcalde Alberto Alonzo, una de las críticas más comunes a la que ha estado sometido, y a la que yo de manera particular me sumo, es la falta de concertación en la toma de decisiones para ejecutorias municipales; un mal que para identificar su raíz no se debe escarbar muy profundo debido a que hasta este momento, la gestión del Partido Revolucionario Dominicano al frente del cabildo de Río San Juan ha gozado de una mayoría simple de 3 a 2 en el concejo de regidores, lo que los ha eximido de la necesidad de consensuar o suscribir pactos con otras fuerzas políticas antes de someter a la consideración de la junta municipal cualquier proyecto o decisión relativa al municipio.
Más eso, a partir del próximo mes de agosto será cosa del pasado, debido a que la nueva estructura de la Sala Capitular, de 5 regidores provenientes de 5 entidades partidarias distintas, garantiza que antes de que sea tomada una decisión en sesión ordinaria o extraordinaria, se deba decidir las cosas de manera consensuada, que el criterio que prevalezca no sea siempre el mismo y que las cosas no estén previamente arregladas antes de la celebración de cada sesión.
Pero esto tampoco quiere decir, que en las sesiones de la Sala Capitular tendremos a 5 bueyes halando cada cuál para su lado a ver cuál tiene más fuerza, pues aunque provengan de partidos distintos, en teoría, existirán dos bloques en el ayuntamiento municipal, el bloque progresista compuesto por Miguel Martínez (PLD), Sunilda Hernández (PRD) y Arabella Martínez (BIS), y el bloque opositor compuesto por Miguelo Acosta (PRM) y un regidor del PRSC a quien solo he tenido la oportunidad de conocer como Ramoncito.
Los regidores que componen el bloque progresista podrían constituir una mayoría y tomar el control de todo aquello cuanto se discuta en las sesiones de la sala capitular, pero para ello es indispensable que se garantice su unidad, evitando hacer aviesos acuerdos con los regidores de la oposición para imponer decisiones al margen de los intereses del pueblo y el gobierno del Partido de la Liberación Dominicana.
Con esto no quiero decir que Miguelo y Ramoncito deban de ser excluidos de las ponderaciones en las sesiones, sino que lo que debe ser prioridad para los regidores del bloque, es el bienestar de Río San Juan y lo que convenga políticamente para el gobierno que encabeza el presidente Medina. Después de todo, la oposición es la oposición y ellos ya tienen un rol definido que jugar.
Por último, quisiera emitir mi opinión respecto a la presidencia de la Sala Capitular y cómo deberían distribuirse los próximos 4 periodos entre los regidores del oficialismo.
Miguel Martinez, del PLD, dos periodos de un año para un total de do años; Sunilda Hernández del PRD un período de un año y Arabella Martínez del BIS por un período de un año.
¿Por qué Miguel por dos años; y porqué cederle un año a Arabella, quien en la pasada contienda fue adversaria del alcalde en cuanto a lo municipal? De conformidad con el artículo 53 de la ley 176-07, los periodos deben ser de un año, es decir, que no es posible elegir a un presidente de la sala capitular por un año y una determinada cantidad de meses.
Para poderse prolongar la gestión de un presidente debe ser por otro año completo o nada, es decir, que siendo tres los miembros del bloque progresista, uno de ellos debe ocupar el cargo por dos años y los otros dos un año cada uno; y siendo Miguel Martínez el único regidor del Partido de la Liberación Dominicana, cabeza del bloque y por demás el partido que obtuvo más votos en la boleta municipal de Río San Juan, no puede pensarse en otra persona que no sea él para ostentar el período más prolongado.
En cuanto a Arabella Martínez, el momento para que el PRD pensara en ella como una adversaria, ha concluido, si bien es cierto que ella estuvo en contra del alcalde en las pasadas elecciones hacia lo micro, no menos cierto es que para el PLD y el bloque progresista fue una valiosa aliada hacia lo macro; y hoy día, su voto es indispensable para que los regidores de este bloque conformen una mayoría en la sala capitular y por tanto, ella debe ser tomada en cuenta.
Por lo menos a mí, esta es la forma más sana que se me ocurre de garantizar la unidad del bloque y la gobernabilidad en el pueblo. Es lo que creo mejor y la manera más fácil de que se ejerzan 4 años de gestión municipal más productivos que los últimos 6 y al son de los lineamientos del gobierno central que encabezará el presidente Danilo Medina.