En los últimos días he estado oyendo por diferentes medios y las redes sociales, diversas interpretaciones u opiniones en relación a la cancelación de la Visa al Presidente de la Junta Central Electoral, Roberto Rosario, de parte del Departamento de Estado de Estados Unidos, opiniones muy diversificadas, unas a favor y otras en contra.
Me parece que en esto hay mucho de ignorancia y fanatismo, ya que es una potestad de un Estado Soberano, determinar su política exterior, por lo que está en plena facultad de determinar, quien puede entrar y quien no puede hacerlo a su país, sin importar quien sea el afectado, su condición económica, política, religiosa, social, o el rol que pueda estar jugando en ese momento como funcionario público.
Indiscutiblemente que esa no fue una decisión del Embajador norteamericano, sino del Departamento de Estado, lo cual nos indica que es un asunto estrictamente vinculado a la soberanía de esa Nación y no una decisión personal o caprichosa de una persona, por lo que es algo que debe manejarse con la delicadeza que refleja el acontecimiento.
Por estas razones entiendo se debe actuar con mucha prudencia, ya que Estados Unidos es el principal socio económico que tenemos, lo cual está por encima de cualquier interpretación basada en hechos individuales, por lo que jamás debemos contribuir a afectar una relación bilateral de esa magnitud con un país, de la cual la República Dominicana sale altamente beneficiada.
Se puede alegar cuestiones de forma, de que se debió usar otro procedimiento, pero en definitiva esto ocurre a diario, donde miles de personas son despojadas de sus visas, otros deportados y una gran cantidad que solicita el visado norteamericano simplemente le es negado. Entonces porque tratar de crear este mar de conjeturas y no dejar que sean las autoridades competentes quienes manejen el problema.
Con esto no estoy estableciendo en relación al caso, de si fue o no correcto, porque cada quien es libre de asumir la posición que entienda pertinente, simplemente lo que quiero dejar en el ambiente es el criterio de que cada Nación puede tomar este tipo de decisión, sin que ello violente ninguna norma, ni procedimiento propio de ningún país.
Al mismo tiempo he visto con sorpresa, como algunas personas, entre ellas diputados y senadores, quieren politizar el tema, queriendo inferirle un aspecto de dramatismo y queriendo martirizar al afectado. Llegando incluso algunos a plantear la osadía de que por esto debe ratificarse Roberto Rosario como Presidente de la Junta Central Electoral. Cuanta ignorancia y tan bajo nivel de esos funcionarios.
Son dos cosas que no tienen una que ver con la otra, lo de la visa es un asunto del Departamento de Estado por razones que desconocemos y lo otro es una acción que le corresponde al Senado, lo cual debe tener como punto de partida el interés general del país. El Senado tiene la autoridad legal para tomar la decisión que entienda correcta, pero jamás deberá estar basada en fanatismo, venganza ni por mezquindades personales.
Si el Senado entiende que Roberto Rosario es quien más le conviene a la Nación para seguir dirigiendo la JCE, que tome la decisión basada en argumentos sólidos, pero nunca para dar una respuesta a un país diferente por éste haber afectado a un ciudadano dominicano. Es tiempo de madurar y actuar como funcionarios con nivel de estadistas y dejar de estar jugando con intereses tan delicados, como son los de elegir al máximo representante de un organismo de la importancia de la JCE.