El ser humano tiene la capacidad de interpretar los hechos desde diferentes visiones, unas veces la realidad coincide con sus interpretaciones y otras simplemente no hay conexión con esa realidad. Por eso en muchos casos me inclino por la intuición, lo que muchos llamamos el sexto sentido, pero que no es más que la expresión del ser interior.
Por una serie de acontecimientos que últimamente he venido observando en el Municipio de Río San Juan, puedo decir que me da la corazonada, de que hay serios aprestos por trabajar por la unificación de la población hacia objetivos que vayan en beneficio de sus habitantes, lo cual es algo muy favorable y positivo.
Cualquier actitud o acción que esté dirigida a unificar esfuerzos es algo bueno, por lo menos es un comienzo, de algo que para otros pueblos quizás no sea tan difícil, como por ejemplo Cabrera, que ha logrado colocar a un lado sus diferencias cuando se trata de medidas que beneficien la comunidad, lo cual a corto y mediano plazo ha dado resultados que están a la vista de todos.
Río San Juan amerita del trabajo y esfuerzo de sus fuerzas vivas, de sus hijos que le quieren sin condiciones, de aquellos que lo llevan prendido en su corazón, de los que le duele y afecta que por falta de marchar en una misma dirección, su avance y desarrollo no sea como debiera ser.
Ojalá no esté equivocado, pero mi intuición me dice que en estos momentos hay la firme convicción de por lo menos comenzar a trilla un camino dirigido a lograr esos objetivos. Sólo cuando pensamos en grande nos hacemos grandes, si lo hacemos en pequeño, nunca lograremos elevarnos por encima de la mediocridad.
Ya es tiempo, por un mejor Río San Juan.