Si quieres conocer a fulanito, dale un carguito. Es una frase que encierra una gran sabiduría y que originalmente proviene del refranero español, aunque en un momento fue dominicanizada por Joaquín Balaguer; "si quieres conocer a miguelito dale un carguito. Balaguer tenía el don de usar ese tipo de frases como si fueran de su autoría, pero en realidad lo que hacía era ajustarla a una realidad determinada.
Originalmente esta frase fue utilizada en España, como una manera de evidenciar a aquellas personas que actuaban de una manera y luego de otra diametralmente opuesta cuando eran incumbentes de una posición gubernamental. Santicos humildes y luego endemoniados altaneros y arrogantes.
En nuestro País eso lo vemos a diario, donde una mayoría de funcionarios a todos los niveles, antes de ser nombrados, tenían un desenvolvimiento en la vida que los hacia ver ante los demás, como personas humildes y de gran sencillez. Situación que no sólo se manifiesta con los Ministros y Directores Generales, sino con empleados encargados o simples empleados de posiciones Provinciales y Municipales.
En realidad esto lo experimentamos a diario, inclusive en mi caso que tengo una posición de Director General, en muchos casos tengo dificultades para poder acceder a otro Director General y casi imposible cuando se trata de un señor Ministro. muchas de esas personas que las conocíamos con anterioridad, nos resulta chocante ver como se transforman y expresan con orgullo su nueva personalidad.
Desde mi punto de vista no creo que sea la posición que los cambie, sino que el cargo lo que hace es permitir que emerja su verdadero yo, su ego, que por circunstancias de la vida estaba escondido, encubierto, esperando el momento para emerger con toda su violencia y agresividad.
Por designios de la vida esas personas siempre terminan mal, porque al colocarse por encima de la realidad, cometen continuos y sistemáticos errores, que al momento de perder su "poder", se convierten en seres débiles y asustadizos, ya que en el mejor de los casos, lo único que tienen es dinero. A veces las gentes son tan pobres, que lo único que tienen es dinero, como decía alguien por ahí.
Esto lo he visto a todos los niveles, lo he vivido, observado y por ende me ha permitido obtener una gran experiencia y sabiduría, para conocer a los fulanitos según los españoles y los miguelitos según Balaguer. Porque como decía anteriormente esto se manifiesta a todos los niveles, a veces hasta en una simple secretaria, recepcionista, portero, asistente o encargado de una institución municipal.
Por eso es importante comprender que cuando usted va a una posición gubernamental, lo primero es estar claro en que es algo momentáneo, transitorio y circunstancial, lo cual puedo variar en cualquier momento, ya sea por un decreto o por una simple decisión administrativa, que a veces depende del estado de ánimo del incumbente inmediatamente superior.
Al Estado se va a servir con humildad, por eso se nos llama servidores públicos a los participantes de un gobierno, por eso es imprescindible que los servidores públicos tengan vocación de servir, sensibilidad social, respeto y consideración a los que tengan menos posibilidad, ya que son los que pueden necesitar con mayor razón un servicio de su institución.
También en mi trayecto como funcionario público he comprendido, que en un gran porcentaje, los funcionarios entienden que cuando lo nombran en una institución se la están regalando, por lo que empiezan a actuar como si fuera una empresa de su propiedad. Guardan en una gaveta la institucionalidad y crean un nuevo manual adaptado a su personalidad egocéntrica.
En realidad no creo que ser un funcionario honesto, humilde, sensible, respetuoso del ciudadano, con vocación de servicio, sea algo tan difícil. El mejor ejemplo lo tenemos en nuestro Presidente, Danilo Medina, el cual sigue siendo la misma persona, con el mismo trato y sensibilidad social que conocimos antes de ser Presidente de este País. De mi parte puedo decir que no he visto en él ningún cambio de su personalidad, siempre afable, cercano a la gente y lejano a la burocracia y las élites.
Debo reconocer que mi estimulo para pertenecer a este gobierno es Danilo Medina y uno que otro alto funcionario, porque en verdad siento una gran decepción por amigos funcionarios, que cada día se despegan más del mundo de los humanos, siendo incapaces de aprender de quien a diario les da una lección de cercanía con la gente y de amor a los humildes. pero parece que el refranero español tenía razón: "Si quieres conocer a fulanito dale un carguito".