Las acciones asumidas por la Presidenta de la Cámara de Diputados, Lucía Medina y del Ministro Administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta, por difamación e injuria en contra del comunicador, Salvador Holguín y del coordinador del Frente Agropecuario del PRM, Leonardo Faña, constituyen dos acontecimientos que de seguro crearan un precedente en nuestro País, cuando se trata de pronunciamientos que afectan la moral, la conducta y el nombre de cualquier ciudadano.
Lucía Medina, a quien cariñosamente llamamos, Yomaira, es hermana del Presidente Danilo Medina y actualmente Presidenta de la Cámara de Diputados, posición que ostenta no por el vínculo familiar con el primer mandatario, sino por méritos propios, ya que tenia muchos años siendo vicepresidenta de ese hemiciclo, así como varios períodos como legisladora, siendo en el último proceso electoral, la diputada más votada de los 190 que componen la cámara baja.
En realidad a Yomaira como a su esposo Edgar y sus hijos, tanto a mi como a mi esposa, Isabel Bonilla, nos unen unos estrechos lazos de amistad, lo cual se remonta a muchos años atrás. Recuerdo que en una ocasión, cuando Yomaira iba a lanzar su candidatura a diputada en San Juan de la Maguana, Isabel tuvo que trasladarse desde Rio San Juan a esa ciudad sureña, para ser la presentadora oficial de su candidatura. Conocemos a fondo esa familia, tanto de Yomaira como de Edgar, el respeto de que gozan, su honorabilidad, la unidad familiar que los caracteriza y el amor que rodea ese matrimonio.
Por eso sentí un gran dolor y pena, al tener que ver a Yomaira en los tribunales defendiendo el honor y la honra de su familia, pero tenía que hacerlo, para además de la defensa de sus valores familiares, sembrar un precedente, para evitar que cualquier personaje, por el hecho de manejar un medio de comunicación y tener un micrófono a su disposición, entienda que tiene luz verde para agredir, difamar y mancillar la dignidad de cualquier ser humano y sobre todo de una dama distinguida y honorable.
La condena en primera instancia del comunicador Salvador Holguín, al pago de 7 millones de indemnización, por difamación e injuria, es un excelente ejemplo para aquellos que entienden tienen el poder de enlodar reputaciones, sin ser afectados por nuestras leyes, por el simple hecho de estar revestido de una coraza protectora que le otorga su condición de comunicador o periodista. Pero al mismo tiempo también es una alerta para los que usan las redes sociales como un medio para despotricar, con calumnias y falacias sin tener ningún elemento de prueba.
El otro caso que desde mi punto de vista constituye un precedente para los que utilizan las calumnias y difamaciones para dañar reputaciones, es el de Leonardo Faña, coordinador agropecuario del PRM, quien ha acusado al Ministro Administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta de dirigir una mafia que se dedica a las importaciones, amparándose en su condición de funcionario público.
La respuesta del Ministro Peralta ha sido la de someterlo a la justicia por difamación e injuria, para que demuestre ante los tribunales las temerarias acusaciones que públicamente ha hecho en su contra. De seguro Faña no podrá mostrar ninguna prueba, porque el Ministro Peralta, es un empresario de toda la vida, por lo que lo era antes de ser parte del Gobierno del Presidente Danilo Medina, caracterizándose siempre por ser un empresario correcto y de reconocida trayectoria honorable.
De seguro que el señor Leonardo Faña no podrá demostrar nada, por lo que al igual que el comunicador Salvador Holguín, será condenado por los tribunales por difamación e injuria, por el simple hecho de actuar por cuestiones políticas, sin tomar en cuenta los daños morales y familiares que este tipo de declaraciones constituyen en la sociedad.
Estos dos ejemplos desde mi punto de vista, se convertirán en precedentes, para que todos aquellos que tengan una marcada tendencia a la difamación, ya sea desde un medio de comunicación, o desde las redes sociales, piensen un poco antes de pasar a este tipo de acciones, sin tener los elementos probatorios que puedan avalar sus comentarios.
Entiendo que Yomaira y Peralta al asumir valientemente estas acciones, le están haciendo un gran favor a todos los dominicanos honestos y honorables y al mismo tiempo, una advertencia a los que creen que pueden difamar sin consecuencias.