Por haberse forjado profesionalmente en los Estados Unidos, quizás Lissette Acosta Corniel resulte desconocida para algunos riosanjuaneros. Sin embargo, esta joven es una destacada hija de la laguna Gri-Grí que vive preocupada en el extranjero por el bienestar de su gente.
Con más de 15 premios académicos y varias becas por estudiante sobresaliente, esta joven profesional de 36 años ha sabido poner en alto el nombre de Río San Juan.
Y aunque su llegada al mundo aquel 15 de marzo no fue en este hermoso pueblo de la Costa Verde, sino en Tenares, provincia Hermanas Mirabal, Lissette Acosta Corniel se siente una riosanjuanera de pura cepa; pues allí llegó cuando apenas era una niña, junto a su madre y su abuelo Miguel Corniel, de quien cultivó su gran enseñanza, enriquecida por su abuela Eva Balbuena.
Fue en Río San Juan donde desarrolló su vida familiar, disfrutando su niñez correteando entre los polvorientos caminos hacia las playas y manglares del pueblo.
“Salí de Río San Juan, junto con mami, para emigrar a los EEUU, en el año 1989, a la edad de 12 años, cursando el 8vo grado. La edad y mi nivel académico causaron problemas al principio en el sistema escolar estadounidense, pues la edad no concordaba con las normas del nivel escolar. Luego de presentar pruebas, fui finalmente aceptada”, cuenta Lissette con cierta nostalgia.
No obstante, tras el primer tropiezo, el empeño de su madre de que fuera a la escuela en las dos tandas, de 8 a 12 y de 2 a 5pm, hizo que ingresara a la universidad a la edad de 15 años. Aunque su adolescencia no fue nada fácil, tras salir de la escuela, entre las 5 y las 7 de noche, vendía yaniqueques, manualidades que hacía, y cuantas curiosidades se les ocurrían. “Cuando mamá me veía inventar algo, exclamaba ‘¿y ahora qué es lo que va hacer?”, recuerda Lissette entre risas.
Era apenas el inicio de su adaptación a un nuevo país y una nueva cultura productiva.
“Al llegar a los Estados Unidos, mami trabajaba en una factoría, donde yo aprendí a coser y trabajaba haciendo piezas de camisetas o ‘polochés’, como se dice en inglés dominicano, desde los 12 años cuando llegamos. También, trabajaba en una tienda de ropa, cuidaba niños, hacía uñas, secaba pelo, etc. A los 15, cuando ingresé a la universidad, me fui como interna, lo cual fue difícil para mami y para mí, pues era un poco duro para ella, pensar que su hija de 15 años ‘se iría a vivir por su cuenta’. Una noche, mientras estaba en la universidad, le escribí una carta a mi hermana Scarlet, quien aún se encontraba en Río San Juan, con edad de 10 años. La carta de 4 páginas, más o menos, dice que yo haría todo lo que he hecho hasta ahora. ‘Soñar no cuesta nada’, mami, aun tiene la carta. Pasaron algunas cosas negativas que me hicieron dudar, pero el resultado fue terminar mi licenciatura, mi maestría y ahora el doctorado”, aclara Lissette con orgullo.
Fue ahí que nació la idea de algún día hacer algo por su Río San Juan, sueño que se concreta en 1998 con la formación de la fundación Alegría Gri-Grí, justo cuando logró su licenciatura y contaba con un poco de libertad financiera.
“En principio la idea era ayudar de forma personal, y como pudiera, a la gente de mi barrio de La Gallera Vieja. Pero en el 2004, las actividades empezaron a ser más grande, ya que incluía actividades caritativas que se hacían asistiendo a grupos de personas. En el 2005 se registró Fundación Alegría Gri Grí, nombre inspirado en el apodo por el que me llamaban mis amigos, “Alegría”, apunta.
La fundación opera con donaciones de amigos y recursos de la fundadora; sin embargo, esto no ha sido ápice para no contar ya con grandes acciones. Por ejemplo, en el 2010 se les entregó ropa a más de 650 personas. En el 2011 se entregaron 100 canastas de navidad y para el año escolar del 2011 se enviaron 3,500 cuadernos. Hay otros grandes proyectos, pero Lissette no quiso dar detalles, pues dijo que, “se requieren ciertos pasos que se están desarrollando, y no he consultado la directiva en cuanto a este reporte”.
Lo que sí dijo es que en estos últimos 6 meses ha estado un poco triste ya que su responsabilidad de terminar el doctorado y el no tener trabajo ha atrasado varios de los proyectos caritativos, pero que pronto estará mucho más activa.
¿QUIEN ES LA DOCTORA LISSETTE ACOSTA?
Venida de una familia humilde, e inspirada en la superación personal y profesional, Lissette Acosta ha sido una gran galardonada.
Posee más de quince premios en la universidad William Paterson, dónde trabajó 4 años durante su etapa de estudiante y luego trabajó 8 años durante su etapa profesional. En su etapa académica, desde su licenciatura, sobresalió en la lista de honor y se graduó con maestría Cum Laude. A raíz del mérito académico, recibió una beca por cuatro años valorada $87,000 dólares para hacer el doctorado. Mientras hacía el doctorado, fue nominada por el Ministerio de la Juventud en República Dominicana, como ‘Joven dominicana destacada en el exterior’.
Fue una de las mujeres estudiantes que recibió el premio “Iniciativas a la Mujer” (IFW), en el verano del 2010. Por su trabajo de investigación, recibió una beca por parte del Instituto de Estudios Dominicanos, (CUNY DSI), dirigido por la Doctora Ramona Hernández, quien también formó parte de su comité de tesis.
Al concluir el doctorado recibió el ‘Premio Doctoral Jagadish Garg’, dado por primera vez en la Universidad de Estatal de Albano, a una estudiante doctoral destacada en las ciencias sociales y humanidades.
No obstante, esta joven profesional no se detiene y entre sus futuros proyectos figuran continuar buscando trabajo en el ámbito académico, empezar a trabajar en el manuscrito de su libro, trabajar en un proyecto de investigación junto con el Coronel René González Barrios, presidente del Instituto de Historia de Cuba, y visitar Río San Juan, pronto, para pasarse un par de días comiendo mango con su abuela, ya que en los últimos 5 años ha viajado a Santo Domingo, varias veces, a realizar trabajos de investigación, sin poder pasar tiempo con su gente.
Es por esto que le pedimos enviar un mensaje a la juventud riosanjuanera.
“Mi consejo a la juventud de Río San Juan. En mi caso, al ver que mami lavaba ropa, trabajaba en una factoría, sin seguro médico y con salario mínimo, me dije: Bueno, como yo no me he disciplinado para desarrollar un deporte profesional, como no he desarrollado el talento de tocar algún instrumento, como no he desarrollado ningún arte, y últimamente, como no cuento con la esperanza de recibir ninguna herencia, excepto el apoyo de mi madre, y como no aspiro a lavar, trabajar un día entero por salario mínimo, entonces, déjame tirar páginas pa’ la izquierda. No hay que ser abogado, ingeniero o médico, para ganar dinero y vivir honradamente. Si un joven decide ser mecánico, policía, vendedor de dulces, bombero, barredor, etc., que lo sea, pero que sea el mejor barredor. El trabajo dignifica y honra la vida de cada quien’.
AB: ¿Y cuál es su parecer con respecto al Río San Juan de hoy día?
LA: “Como riosanjuanera que emigró, no soy quien para hablar con autoridad de la situación del pueblo. Desde afuera es muy fácil evaluar, pero quien sabe su situación y quien tiene que evaluar, crear y actuar por su bienestar, es el pueblo. Esto me recuerda al problema que pasó recientemente con el tema de salami. El pueblo dominicano entero se indignó tras tal atrocidad y poca consideración, especialmente para con la clase baja. Yo en cambio me pregunté, ¿pero y de qué se quejan si hace años que están comiendo mierda al seguir eligiendo los mismos líderes, al no quejarse de los verdaderos problemas que perjudican el desarrollo del pueblo? Río San Juan lleva más de 15 años con los mismos problemas. Por ejemplo, he escuchado sobre el problema de los policías corruptos, pero no creo haber escuchado sobre 3 o 4 jóvenes que decidieron ingresar a la academia para volver a su pueblo y cambiar las cosas; o de un joven que haya observado el trabajo fallido de la sindicatura en los últimos 16 años, y haya dicho que se iría a estudiar para ser síndico; o de un joven que aspire a ser ministro de Medio Ambiente, para solucionar el problema de la Laguna Gri Grí; si estoy equivocada pido disculpas. Conozco varios jóvenes profesionales de Río San Juan, pero solo vamos a vacacionar”.
“En otro tema, los ricos del Río San Juan de ahora no son apasionados por el pueblo como los ricos de antes. Aparentemente, a los políticos elegidos por el pueblo, solo les interesa formar parte de la pequeña burguesía. Pero como no vivo allá, no puedo hablar por el pueblo”, terminó diciendo indignada, la intelectual.