Santo Domingo.- De una eventual división del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) parece depender la principal táctica del Partido Revolucionario Moderno (PRM) para alcanzar el poder, según sale a relucir de las posiciones adoptadas por una parte de sus diputados.
Dividido el PLD a partir de una imposición de la segunda reforma constitucional que todo indica tiene poco apoyo en la opinión pública, la organización oficialista estaría abocada a un fraccionamiento que le sacaría del poder.
En esa circunstancia, el mayor partido de oposición se impondría en las elecciones de mayo de 2020, según los cálculos de su dirigencia principal, que no se percibe con un discurso coherente de rechazo a la reforma, conforme a la actitud que adopta parte de sus representantes en la Cámara Baja.
La más reciente demostración se produjo el martes de la semana pasada cuando un grupo de once legisladores desacató el mandato de la dirección que había acordado no votar mientras permaneciera la ocupación militar.
En la batalla escenificada para el conocimiento de la Ley 33-18 sobre partidos, movimientos y agrupaciones políticas, en la primera etapa de su conocimiento el partido opositor sostuvo una oposición férrea contra el proyecto en la Cámara de Diputados.
De repente, el Partido Revolucionario Moderno dio un giro radical que no solo permitió con sus votos la aprobación de la pieza, criticada por sus múltiples incongruencias con la Constitución, sino que su bancada hizo posible se convirtiera en ley la del Régimen Electoral.
En esta coyuntura se dice que es casi unánime el criterio en la cúpula del PRM que ante la profundización de las diferencias entre las corrientes a lo interno del PLD, representadas por el presidente Danilo Medina y el expresidente de la República, Leonel Fernández, facilitaría la aprobación de la reforma y con ello la ruptura del partido de gobierno.
No obstante, como habría ocurrido en el año 2015 cuando otra reforma facilitó la reelección de Medina, esa táctica sirve de pretexto a un grupo de legisladores que ofrecen su apoyo, según se afirma, a cambio de respetables sumas de dinero y de favores políticos.
Aunque algunos dirigentes perremeístas marcan distancia con semejante actitud, en los corrillos del Congreso Nacional se afirma con certeza que el Gobierno habría obtenido en los actuales momentos doce votos de la bancada del PRM.
Esa captación de votos ajenos es obligatoria, dada la posición de rechazo a una modificación de la Constitución adoptada por los peledeístas que representan la fuerza del expresidente Fernández.
Ante esa realidad, la búsqueda de los votos faltantes, los esfuerzos del Gobierno y sus representantes en la Cámara Baja, se centran en la matrícula del partido opositor, que no oculta su deseo de que se produzca una división del peledeísmo.
La semana próxima es crucial porque, aunque se retiró la ocupación militar del Congreso Nacional, se percibe un activismo del oficialismo en búsqueda de una mayoría calificada para aprobar el proyecto.
A una sola voz, distintos sectores del país han manifestado su desacuerdo con las intenciones para llevar hasta el final esas pretensiones.