El viernes, atendiendo al llamado mundial a una “Huelga Climática” en defensa del planeta y contra al calentamiento global, fui al Foley Park, en el bajo Manhattan, donde millares de personas, mayormente estudiantes, de distintas edades, razas, nacionalidades y clases sociales se movilizaron.
Dejaron claro que con el planeta no hay plan B. Es este nuestro espacio de vida.
Lo que vi me pareció Esperanzador, inspirador, como esperanzador será la multitudinaria marcha de hoy sábado y que saldrá de Columbus Circle. Es una de las más de 2,500 actividades que se realizarán en 150 países de los distintos continentes.
Y por eso escribí esta breve nota, acompañadas de estas dos fotos que tomé y que me parecieron extraordinarias por ser sus protagonistas niñas que serán las ciudadanas del futuro.
Decenas de miles de muchachas y muchachos, niñas y niños y seres humanos con más años y experiencias acumuladas, nos encontramos hoy, con o sin banderas, con pancartas y sin pancartas en New York, apoyando el llamado juvenil de salir a las calles del mundo a pelear por nuestra casa común y que será la casa de nuestros descendientes: la tierra.
El más bello arcoíris racial nos hermanos en la creencia de que salvando la tierra, salvaremos la vida.
La tierra, nuestro hogar arde producto de la irresponsabilidad de perversos políticos y gobernantes; arde por la indetenible sed de ganancias de las grandes corporaciones, para las cuales el beneficio está y estará por encima de la vida y del planeta.
Al salir al encuentro de la tempestad y vivirlo con tantas y tantos muchachas/os creativos, responsables, bellas/os en sus individualidades, encontré un nuevo sentido y razón para seguir peleando por una vida, la mía, que siempre estuvo “en el ojo del huracán”.
Ahí está el futuro. Ayudemos a construirlo aún sea desde el anonimato.