En más de las veces somos dados a darnos méritos que no nos merecemos y sobre todo cuando queremos que se nos tome en cuenta. Pero también no es menos cierto que existen los porcientos para cada quien en todo proceso hecho por un equipo y no necesariamente el mayor por ciento y reconocimiento es para el cabeza del equipo.
Llegué a Río San Juan el 13 de julio del pasado año 2019 y puedo decir que mi trabajo político fue muy intenso hasta el 5 julio de éste año 2020 cuando culmina el proceso electoral. Faltaron 8 días para tener un año completo de una actividad política llena de inconvenientes, como fue esa suspensión de las elecciones municipales de febrero. Pero no quiero tomarme méritos que no me correspondan, pues para unos fui la chispa motivadora para dar vida a un partido que necesitaba de un empuje en el municipio y en toda la provincia, para otros solo vine a quitar trabajos ya hechos por otros, en fin, solo vine a entorpecer los méritos y logros de otros. Si así ha sido, solo puedo decir que mis logros son producto de un trabajo tesonero, donde está de por medio una trayectoria inquebrantable, donde nadie puede poner en tela de juicio mi honradez, pulcritud y transparencia.
Vuelvo a mencionar, como es costumbre mía a ese inequívoco juez llamado "tiempo". Esperaré pacientemente ese veredicto y le pido a mis lectores que conserven mis palabras.
En medicina usamos con frecuencia la expresión, lo que inicia mal termina mal. Es que si iniciamos con un mal diagnóstico por supuesto que el tratamiento no será el adecuado. La experiencia es algo que viene con la acumulación de errores que cometemos, pues la base fundamental del crecimiento del ser humano son los errores, pero aprendiendo con ellos y no ser repetitivo cometiendo los mismos errores. De ahí que la improvisación nunca da resultados positivos y mucho menos en hechos como las transformaciones sociales.
Plácidamente estoy sentado contemplando la majestuosidad del horizonte, pero torbellinos amenazantes se forman en su entorno ante los cuales no temo, pues albergo la satisfacción del deber cumplido, lo que me llena de paz.
Quien tenga oídos para oír que oiga y quien tenga ojos para ver que vea.