El próximo domingo 16 de agosto se cumplirán 42 años desde aquel histórico traspaso de mando que de manera pacífica se efectuara en la Asamblea Nacional de la República Dominicana, por parte del Dr. Joaquín Balaguer Ricardo a don Silvestre Antonio Guzmán Fernández, un momento que se protagonizó en 1978. Quienes pertenezcan a esa época lo recordarán y los que ni soñábamos con nacer, damos gracias a los libros, historiadores, incluso a redes como Youtube donde se recoge cada momento intacto donde la democracia veía la luz.
Por segunda vez en la historia de la República Dominicana, un presidente no acudirá al solemne traspaso de mando, no porque no pueda, ni porque se haya suicidado, sino porque de acuerdo a sus razones hay un protocolo estricto que debido a la pandemia se ha establecido en torno a los presentes. O sea, cualquier camarógrafo, empleado, tío, primo, etc. sí pudiera estar en la Asamblea Nacional, no así quien hasta ese día es el presidente del país.
Un acto cobarde por parte del señor Medina a quien sus asesores deberían mostrarle el temple que guardó Balaguer en aquel entonces y cómo tuvo la fuerza para aguantar las contundentes palabras expuestas por Guzmán, tras haberle derrotado y arrebatado el poder que por durante 12 años mantuvo. Es posible, quizás, no lo sabemos, que Luis Abinader no sea tan duro con sus palabras, porque parece buena gente, pero aun así Danilo no quiere escuchar verdades.
A Balaguer, desde la cúpula militar le aconsejaron no acudir a dicho acto, pero no solo acudió, sino que entró junto a su adversario ganador por la misma puerta, con su mejor sonrisa. Pero el señor Medina ha preferido huir, ´se lava las manos como Pilato´, entrega la banda presidencial y ahí mismo deja públicamente el país que por meses ha estado a la suerte de Dios. ¿A qué le temerá el señor Danilo Medina Sánchez realmente? Porque un mandatario que haya realizado un ´´buen gobierno´´ no debería ocultarse, mucho menos huir. ¿O es que no tiene el coraje de oír lo que le corresponder oír, si es que se lo quieren decir, de frente? Quizá sí recuerde la alocución de Guzmán Fernández y se ha acojonado de mala manera, porque cualquiera que cargue a sus espaldas tantas culpas, lo haría.
Escuchar el discurso de don Antonio Guzmán, después de saber lo duro que fue para las mentes brillantes, para los perseguidos, para los familiares de los desaparecidos del país, esos terribles 12 años de Balaguer, debería ser tema de debate en las clases de historia en las escuelas y colegios de todo el país, ¡porque vaya si hay coincidencias con lo actual!
Transcripción de una parte del discurso íntegro del Presidente Silvestre Antonio Guzmán Fernández/Traspaso de mando.
´´Vale la pena recordar dejando a la historia que juzgue a los hechos y a los hombres que hemos intervenido en este proceso, los acontecimientos que hoy culminan. Tras doce años de gobierno reformista iniciamos la campaña electoral, la cual tenemos reconocer se desarrolló en un clima de relativa tranquilidad, pero que sin embargo se caracterizó por la polarización cada vez más fuerte de dos opciones, el Partido Reformista y el Revolucionario Dominicano. Los dominicanos tuvieron entonces la oportunidad de presenciar cómo el Partido Reformista utilizó de una manera inescrupulosa todo los recursos del estado en su afán de continuar al frente de la cosa pública.
Por otro lado resplandecían el esfuerzo, la honestidad, el espíritu de sacrificio y la mística del Partido Revolucionario Dominicano, denominado a justo título ´el partido de la esperanza nacional´. A pesar de todo nunca dudé de la victoria electoral, victoria alcanzada por el apoyo de la gran mayoría del pueblo dominicano, y que sin embargo, se ha tratado de empañar, señalando que nosotros ganamos merced a un fraude electoral.
¿A qué persona sensata se le puede ocurrir que un partido, que desde el año 1963 estaba en la oposición, tenía medios y los recursos para cometer fraude en un proceso electoral?. Este argumento sirvió de pretexto para la inconstitucional decisión del máximo tribunal electoral, mediante la cual, gracias a unos cálculos matemáticos arbitrarios y a una caprichosa asignación de votos no emitidos, se despojó al Partido Revolucionario Dominicano de las senadurías de las provincias Bahoruco, La Altagracia, María Trinidad Sánchez y El Seibo.
El desafortunado procedimiento utilizado consistió, pues, en la dación de un porcentaje de las votaciones al Partido Reformista, que obtuvo de esa manera la mayoría en esas provincias. A pesar de que los votos que se habían depositado en las urnas, le habían dado el triunfo a los candidatos del Partido Revolucionario Dominicano. La situación de desasosiego creada por las impugnaciones masivas del partido que hoy pasa a la oposición, generó unos días de recesión económica y con repercusiones negativas para el futuro de inmediato del país.
Debemos sentirnos satisfechos, pues supimos superar con gran espíritu cívico los escollos que surgían para entorpecer el afianzamiento de la democracia en nuestro país´´.
Y continuaba más fuerte…
´´En cuanto a la vida de las organizaciones fundamentales del Estado tengo la convicción de que una nación es realmente sólida y estable en la medida en que sean fuertes sus instituciones. Los hombres pasan pero las instituciones tienen un carácter de permanencia cada vez más fuerte.
La experiencia nos demuestra que de la fragilidad de las instituciones, a un clima de frustración, de desconfianza hacia todo lo establecido y de cuestionamiento, solo hay un paso. Es indispensable, y esto lo digo sin ánimos de acusar a nadie, que en nuestro país se ha vivido en los últimos años una grave crisis moral e institucional. Esta situación ha generado como máximo exponente la enorme corrupción administrativa que el propio gobierno saliente ha tenido el valor de reconocer.
Ha llegado el momento de que los hombres vuelvan a ser premiados por su dedicación al trabajo, por su vocación de servicio a la patria y a sus conciudadanos, y no por los frutos de su afán de lucro o por su habilidad para hacer engrosar su capital privado con fondos del erario público o con el tráfico de la influencia que da el poder´´.