En esta ocasión voy a escribir un pequeño artículo, sobre el temor al fracaso que tienen algunas personas, algo que debemos anular de nuestras vidas y seguir hacia adelante a triunfar; el fracaso no significa que no hemos logrado nada, al contrario significa que hemos aprendido algo nuevo, fracasar no quiere decir que jamás lograremos nuestras metas.
Si queremos llegar a ser la persona que deseamos ser, debemos eliminar de nuestras vidas de una forma definitiva nuestro temor hacia el fracaso, de seguro hemos soñado soluciones y en nuestra mente poseamos ideas muy creativas, pero por consiguiente de no extraer desde su raíz el temor al fracaso, aquello que llamamos nuestros proyecto de vida, a corto y largo plazo, no llegaran a realizarse.
Mucho se ha hablado y escrito últimamente del lado positivo de las cosas, no importa por la situación o problema por la cual estás pasando todo tiene su lado positivo; recuerdo que en mi clase de Psicología Medica leí lo siguiente de Víctor Frankl, hombre que pensaba en términos positivos “La falta de metas quita todo el sentido a la vida” él insiste en la fijación de metas y ver un mundo lleno de posibilidades.
No existe ninguna emoción o fuerza más paralizante que nuestros temor, esté impide a quien vende a ofrecer sus productos, al joven enamorado pedir la mano de su novia, a quien busca trabajo hablar con la persona que la va a entrevistar, al empresario tomar una excelente decisión; existen muchos temores humanos pero ninguno tan fuerte y destructor como el temor al fracaso. ¡Es tiempo de apartarlo de nuestras vidas!
¡Nunca le regalemos al temor las riendas de nuestras vidas! Voy a citar un pasaje bíblico que nos invita a ser valientes y no temerle a nada, ni a nadie en esta vida. “Mira que te mando a que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque ÉL Señor tu Dios estará contigo a donde quieras que vayas” (Josué 1:9)
Es tiempo de acabar con nuestro temores, antes de que ellos los hagan con nosotros, tomemos las riendas de nuestros proyectos sin miedo, tracémonos metas y trabajemos para hacerlas realidad, si no corremos riesgo, no creceremos, ni progresaremos, no olvidemos que no existe progreso sin riesgo, por lo tanto no tengamos miedo a la hora de emprender nuevos horizontes.
Para finalizar este pequeño escrito de un tema amplio, digo que debemos saber percibir que el fracaso nunca es final o general. Muchas personas fracasaron al principio de sus vidas y grandes empresas de igual forma y luego salieron victoriosos (as), podemos fracasar en una, pero nunca debemos rendirnos ya que podemos triunfar en más.