Río San Juan.- Pasado algo más de tres años de aquella lesión que puso en peligro su ascendente carrera hacia la crema del baloncesto dominicano, Luis Felipe Hernández (LUIFE), luce hoy un hombre nuevo, con todos los bríos para seguir adelante y confiado en que este será el año de su consagración con el quinteto del SAMEJI, el club al que pertenece desde hace 5 años en el baloncesto superior de Santiago.
“Me siento muy bien de salud, trabajando mentalmente para ser más decidido y confiar en mi, ya que este año creo tendré un compromiso de más tiempo en la cancha”, es lo primero que le vino a la mente a LUIFE al momento de ser abordado sobre su futuro, en momentos en que se preparaba para iniciar los entrenamientos junto a sus compañeros de equipo con miras al torneo de Santiago que inicia el próximo 24 de marzo.
Y no es para menos. Las espectativas son de que “El Pimpoyo”, como le llaman sus familiares y amigos cercanos en su natal Río San Juan, sobrepase los 12 minutos promedio de juego que tuvo el año pasado en su club.
Era su regreso al SAMEJI tras la lesión sufrida aquel 19 de octubre de 2017 mientras participaba como refuerzo en el torneo del municipio de Gaspar Hernández, y el manager de entonces, no se sabe si para cuidarlo o por desconfianza, no le daba casi tiempo de juego. Incluso no participó en los primeros 3 compromisos de los 10 que comprenden la serie regular.
Un nuevo dirigente
Aunque todo cambió luego de que a mitad de temporada asumiera como manager Joel Ramírez, quien hasta ese momento era el asistente y coonocía su calidad de juego.
LUIFE participó en los seis encuentros restantes, promediando 11 minutos por juego, en los que anotó por encima de 30 puntos.
“Pensaba que el año pasado no iba a jugar en SAMEJI, pero mi entrenador me puso en turno y volví a la cancha, aunque no un 100×100 pues sentía algún temor y que no jugaba igual”, recuerda el atleta de 25 años, luego que en medio de su preparación y terapia por la grave lesion sufrida en 2017 decidiera participar en 2019 en el torneo de Río San Juan con sus amados Leñeros de la Gallera Vieja y en la final sufriera un enguinche grado tres que lo volvió a sacar de juego.
LUIFE venía de sufrir la rotura de la tibia y el peroné en su pierna derecha, por lo que esta nueva lesión se tornó un poco preocupante.
Aunque en su momento fue criticado por haber participado en ambos torneo, a su propio riesgo, el joven no se arrepiente y justifica que lo hizo por amor a su pueblo.
Muy agradecido y confiado
Hoy, ya superados esos percances, Luis Felipe se siente agradecido, revitalizado y confiado en que esta temporada lo llevará más allá del baloncesto de Santiago y no descarta que este mismo año sea fichado por uno de los equipos del torneo nacional.
“Gracias a mi padre (el destacado dirigente Luis Hernández), que siempre me ha apoyado y me dice que confíe en mí, que si yo no confío en mí nadie lo va hacer, hoy estoy aquí confiado en que voy a tener una gran temporada”, dijo con entusiasmo.
En ese agradecimiento por poder volver a jugar puso primero a Dios, y luego a su familia, padre, madre y abuela, “a mis tías Pina y Gagari; a mi nana Liberti, que me cuidaba cuando pequeño; a mis amigos y a todos compañeros de rio san juan”, a quienes le dedicó su participación en este torneo.
En su dedicatoria y agradecimiento también incluyó a Edward –Tita- Guzmán y Luis Arnaldo Alvarado, quienes dijo trabajaron con él en la cancha, y Rodolfo Alvarado en lo físico, en su preparación durante la pandemia.