Desde que llegaron aquellos españoles a importunar todo un continente, inmenso y desconocido, el mundo de entonces hizo la pregunta: ¿A qué sabe eso que llaman América Latina, desde México hasta Uruguay? La respuesta era tan múltiple como su historia milenaria y sus culturas prehispánicas, incomprensibles para aquellos temerarios e ignorantes marineros, sólo interesados en hurgar en sus inmensas riquezas… (Más de cinco siglos después de aquel insólito descubrimiento la respuesta es sencilla: sin Cuba, Nicaragua y Venezuela no sabría a nada, pues son esos países los que le dan variado sabor y alientan sus mejores sueños).
