Nueva York.- Tras anémico de .195, producto de 8 hits en 41 en su regreso a las Grandes Ligas, los Mets de New York informaron este lunes que cortaron vínculos con el veterano intermedista dominicano Robinson Canó.
Canó, de 39 años, y se reintegró este año al equipo tras cumplir una segunda suspensión por violar la política antidopaje del béisbol, tiene pendiente cobrar alrededor de $40 millones de dólares del contrato de $240 millones por 10 años que firmó con los Seattle Mariners antes de la temporada del 2014.
A ser puesto en asignación, tendrá que esperar una semana para convertirse en un agente libre y firmar con cualquier otro equipo, que solamente tendría que pagarle una proporción del salario mínimo ($700 mil dólares en 2022), mientras que New York sería responsable de la mayor parte de su salario garantizado de $24 millones para esta y la próxima temporada.
Cuando cambiaron a Canó a los Mets en diciembre del 2018, los Mariners acordaron pagar $3.75 millones anuales del sueldo del pelotero quisqueyano.
Canó batea .302 con 2,632 hits, incluyendo 335 jonrones, y 1,305 carreras empujadas en 17 años en Grandes Ligas, pero el futuro del pelotero fue tema de conversación en los últimos días en Queens, mientras se acercaba la fecha del 2 de mayo, cuando los Mets y todos los otros clubes de las ligas mayores debían reducir sus nóminas de 28 a 26 miembros.
Normalmente, los rosters de Grandes Ligas están compuestos por 26 jugadores, pero debido a lo breve que fueron los entrenamientos primaverales, la oficina del comisionado permitió agregar dos piezas extras, en su mayoría lanzadores relevistas, entre el 7 de abril y el 1 de mayo.
“Esta es una posición en la que nadie quiere estar”, dijo Canó el domingo en la noche. “Uno nunca está preparado para las cosas, pero cuando llegan, uno se adapta. Que sea lo que Dios quiera que tenga que suceder en vida”, agregó.
Canó, un ocho veces Todos Estrellas y múltiple ganador del Guante de Oro, tenía una carrera que parecía dirigirse al Salón de la Fama de Cooperstown hasta que fue suspendido por dopaje en dos ocasiones. La primera sanción, de 80 partidos, ocurrió en mayo del 2018, mientras que la segunda, por los 162 partidos del 2021, fue anunciada en noviembre del 2020.
El pelotero se reportó a los entrenamientos de los Mets en Port St. Lucie, Florida, sin un rol garantizado en el plan general del nuevo dirigente Buck Showalter.