Hace unos días tuve la oportunidad de ver un video en internet de un niño, el cual me ha dejado marcado; desde ese momento no pasa un día el cual no escuche la voz de este prodigioso talento.
Adrián Martín Vega es uno de esas pequeñas historias que parece reconciliarnos con el mundo en épocas en las que todo lo que nos rodea parecen malas noticias. Este niño de ocho años nació con hidrocefalia y una malformación congénita en las manos, lo que le ha hecho pasar hasta quince veces por el quirófano. A pesar de su difícil historia, Adrián no pierde la sonrisa ni sus ganas de vivir y, ni mucho menos, su pasión por la música.
Según su madre canta desde que era casi un bebé, cuando iba en el carrito por la calle y ahora lo hace acompañado de su caja de madera y su teclado. Hasta hace muy poco, Adrián era el cantarín de la familia y ni sus propios padres salen de su asombro del impacto que tuvo un vídeo suyo con su hermana Sonia cantando la canción ¡Qué bonito!, de Rosario Flores, que supera los seis millones de visitas en Youtube.
Hace unos días Adrián tuvo la oportunidad de participar en Teleton USA una actividad realizada para recaudar fondos para niños especiales, donde cantó junto a Natalia Jiménez, sacándoles las lágrimas a los presentes y a quienes los vieron a través de la magia de la TV.
Sin lugar a dudas este niño es una muestra de que no existe límites o incapacidades que no te permitan ser feliz, cada ser humano es libre de forjar su destino, pero sobre todo casa persona es el constructor de su felicidad.