
Representativo de Río San Juan que ganó medalla de oro en los Juegos Nacionales.
San Juan de la Maguana.- Jorvis Martínez, José Alberto González, Cornelio Acosta y Luis Joel L.Peña fueron los responsables de lo que podría llamarse la más grande hazaña deportiva realizada en la historia del municipio de Río San Juan, al obtener medalla de oro en tablero ( damas) en los recién finalizados juegos nacionales 2009 celebrados en San Juan de la Maguana.
En dos eliminatorias, primero nos enfrentamos a principio de julio del año en curso a San Francisco de Macorís y Cotui para elegir el campeón del nordeste en la cual salimos vencedores; nuestro siguiente adversario fue el equipo de La Vega que a su vez había eliminado a Moca y Santiago. Los encuentros con la ciudad olímpica fueron encarnizados, pero al final tuvieron que ceder ante la embestida de ese pequeño pueblo de la Región Norte que a pesar de no ser el favorito demostró que estaba destinado a grandes cosas. Este triunfo nos dio la oportunidad de representar a la Región Norte en los juegos Nacionales.
A pesar de las exigencias de la Asociación de Tablero de Santiago de que escogiéramos como refuerzo a jugadores de Santiago que actualmente son selección nacional para representar la Zona Norte (los equipos podían reforzarse con jugadores de las provincias eliminadas de su Región), nos opusimos a ellos ya que queríamos premiar a aquellos jugadores de Río San Juan que en ese momento ya habían logrado un sueño jamás imaginado. Es que si escogíamos refuerzo teníamos mas oportunidades de triunfo pero tendríamos que recortar a algunos de nuestro hoy héroes deportivos (solo se permiten cuatro jugadores por región).
Partimos a las 5.00 AM del viernes 07 de agosto del 2009 rumbo a San Juan de la Maguana, en el trayecto se discutieron las diferentes estrategias de juego para cada equipo a enfrentar: San Pedro de Macorís representando a la Región Este; Barahona al Sur; Montecristi al Oeste; además de una quinta zona representada por San Juan de la Maguana (la sede).
Para esta batalla final nos correspondía nueva vez jugar el papel de David ya que los demás equipos estaban reforzados y ante nosotros aparentaban ser Goliat. Grande fue la sorpresa cuando ganamos de la manera mas convincente al hacerlo invictos. El milagro se había realizado, quizás nunca vuelva a repetirse en igual condiciones lo logrado por Río San Juan. Lloramos, nos abrazamos, gritamos coreando el nombre de Río San Juan. Fue indescriptible la emoción acuñada por la satisfacción del deber cumplido.
El que suscribe, por ser el único testigo presencial, le otorga al equipo que nos representó, una medalla simbólica de oro por el merito al comportamiento. Fueron muchos los elogios recibidos en ese sentido de los organizadores y delegaciones deportivas. Es que además de la armonía y el respeto interno y externo, exhibieron mucha clase al tratar con humildad a los vencidos. En verdad fueron dignos embajadores de un Río San Juan que respira confraternidad y que hoy repleto de orgullo le tiende una alfombra de cariño a esos sobresalientes hijos de nuestra comunidad.