Por el momento el panorama político- electoral en el País luce confuso e indefinido, si se observa desde una visión objetiva, libre de fanatismo y pasión partidaria. Dentro de esa complejidad, trataré de hacer un análisis lo más cercano posible a la realidad, exponiendo lo que entiendo favorece y perjudica a cada fuerza política con posibilidades electorales.
Comenzando por el Presidente, Luis Abinader y el PRM, considero que tienen a su favor lo siguiente:
Lo primero, es que están en el poder, lo cual genera una ventaja electoral indiscutible, en un país donde el clientelismo es una actitud con una fuerza indiscutible . Ya que desde el Gobierno, se pueden hacer muchas cosas que impacten electoralmente, lo que en cualquier circunstancias, pueden hacer variar las simpatías electorales.
El hecho de Abinader mantener una intención del voto alrededor de un 40%, a pesar de las dificultades que atraviesa el País, como consecuencia de la crisis internacional y otros factores, es algo a tomar en consideración. Lo que indica que si la situación se estabiliza, controlándose la inflación, mejorándose la seguridad ciudadana, resolviéndose lo del sistema eléctrico y tomándose determinadas medidas de corte asistencial, es probable que puede producirse algún repunte en sus simpatías electorales.
Aunque desde mi humilde opinión, lo que más favorece a Luis Abinader en su reelección, es la división de la oposición, lo cual por el momento no ofrece perspectivas de resolverse. Balaguer ganó en el 1990, con menos de un 35% de los votos, simplemente por el PLD y el PRD no ponerse de acuerdo. El mismo PRM ganó en el 2020 por el PLD haberse dividido.
Que elementos tienen en contra Abinader, la crisis internacional si esta se mantiene por mucho tiempo, ya que si la guerra de Rusia y Ucrania se prolonga, los precios del petróleo y las materias primas seguirían subiendo. En Estados Unidos, la inflación puede convertirse en una Estanflación, lo cual afectaría las remesas, turismo, zona franca, los intereses de los bonos soberanos y hasta la construcción de viviendas.
Nunca me ha simpatizado ni creído en el triunfalismo, ya que esto evita que se tomen las acciones apropiadas, acorde a la coyuntura actual, perdiendo lo objetividad. Por eso viendo los pro y contra del PRM y Abinader, creo que nada está definido, su futuro dependerá, si dentro de las dificultades, puedan mantener el crecimiento económico, la estabilidad de la macroeconomía y tomar medidas dirigidas a resolver lo de la improvisación, unificando una línea única de mando.
En el caso de Leonel Fernández y la FUPU, considero que tienen a su favor lo siguiente:
Lo primero, es que el hecho de ser candidato presidencial definido, le da una gran ventaja, lo que le ha permitido mantenerse en una campaña permanente, logrando situarse por encima de un 30% en todas las encuestas independientes. Ese activismo de juramentaciones y crecimiento, ha conllevado al Presidente Abinader, a reconocerlo como su rival para el 2024, lo cual también le infiere la categoría de líder de la oposición.
Al estar navegando sólo, con un discurso moderado, pero de oposición, cada día se fortalecen las simpatías electorales de Leonel. Su experiencia de Estado, su nivel de estadista, su facilidad de comunicación y sus excelentes relaciones internacionales, son elementos de gran ayuda.
El hecho de que un segmento del electorado, de empresarios y de una clase media siempre indefinida, lo empiezan a ver como una opción de poder, le va generando cada día mayor apoyo a sus aspiraciones. Sin lugar a dudas que para el 2024 Leonel Fernández es una realidad.
Cuales factores tiene en contra Leonel Fernández, entiendo que lo que más podría afectarlo, es que el partido que sustenta sus aspiraciones, la FUPU, todavía es desconocido para una gran parte de la población. Marcando en las encuestas, un poco más de la mitad de lo que tiene Leonel.
Eso podría tener repercusiones negativas, ya que en nuestro País, todavía el sistema de partido tiene mucha fuerza, lo que obliga a Leonel a trabajar duro para que la FP, logre situarse con una buena simpatía electoral. En realidad, la simpatía de Leonel, descansa en gran medida, en sectores sin partido y miembros del PLD, que aún militando todavía en esa organización, se inclinan por Leonel Fernández.
El reto de Leonel es llevar su partido, a duplicar la simpatía que tiene en este momento, para de esa manera sustentar con más fuerza las intenciones de más de un 30% de la población que lo prefiere en este momento. Esto no es imposible, ya que en el 1990, el PLD era un partido que no alcanzaba un 15%, y aún así, Juan Bosch obtuvo un 33% en esas elecciones.
Ahora vamos al PLD: Veamos:
Al PLD lo favorece que es un Partido que ha gobernado el País por 20 años, lo cual lo hace ampliamente conocido y con raíces en todos los rincones de pueblos y campos. Por eso a pesar de la humillante derrota electoral del 2020, todavía conserva una simpatía en el electorado por encima de un 25%.
El hecho del PLD mantener esa amplia simpatía electoral, sin tener un candidato definido, es algo a tomar en cuenta , ya que refleja un profundo arraigo en todos los sectores, principalmente en la zona rural.
En cambio, el PLD tiene en contra para el 2024, el haber salido recientemente del poder, con un amplio cuestionamiento público por corrupción, lo cual todavía está muy fresco en la mente del electorado. Las embestidas por parte del MP, no lucen que mermarán, lo que hace muy difícil su recuperación total, porque cuando avanza un poco, sale a la luz pública un nuevo caso o el conocimiento y activación de los ya judicializados.
También afecta al PLD el no tener un candidato definido, lo que le otorga una ventaja, tanto a Abinader como a Leonel, que ya están en las calles como candidatos de sus entidades. El PLD está obligado a realizar su convención, o consulta como se le ha llamado, para definir su candidato, de manera inmaculada, sin el más mínimo cuestionamiento por ninguno de los participantes.
Si el PLD logra salir airoso de su Consulta, sin la JCE como árbitro, sería un gran paso de avance, para situarse en un nivel de competencia para el 2024. Ese candidato o candidata, tendrían como tarea central , unificar todo el Partido y lograr que su simpatía se sitúe cercana a los números que tiene su organización. Cualquier disidencia interna sería catastrófica.
Ese es el panorama nacional de acuerdo a mi punto de vista; lo que de seguro diferirá de los eruditos en la materia, pero es como veo la situación política electoral en estos momentos, lo cual como es normal y manda la dialéctica, podría variar en el discurrir del tiempo.
Finalmente voy a emitir unas consideraciones finales sobre el tema, que ya implican las alternativas que vislumbro.
El PLD y el FUPU, están obligados a llegar algún tipo de acuerdo para las elecciones municipales, porque de lo contrario el PRM, se llevaría más del 70% de las Alcaldes y Directores, que lo colocaría con una percepción favorable para las presidenciales del 2024.
El PLD y la FUPU, deberán llegar algún tipo de acuerdo para la primera vuelta de las presidenciales del 2024, porque de no hacerlo, aunque haya una segunda vuelta, Abinader se vislumbra sacaría no menos de un 45% en esa primera vuelta, lo cual le daría amplias posibilidades de ganar en una segunda vuelta, aunque la oposición disgregada sacara alrededor de un 54% en la ronda preliminar.
Recuerden que en el 1996, el PLD y el PRSC, sacaron juntos en primera vuelta un 55%, y en la segunda vuelta, apenas llegaron a un 50%, a pesar del Frente Patriótico de Balaguer y Bosch. La política no es simple matemática, y en una segunda vuelta, con los recursos del poder, el candidato del gobierno podría aumentar sin grandes dificultades, más de 5% de los votos obtenidos en la primera vuelta.
La pregunta obligatoria que todos se harían; y quién sería el candidato de ese Frente multicolor para enfrentar al PRM?. Si no primara el egoísmo político, sencillamente, diríamos. Quien mejor estuviese colocado en las encuestas y le favorezcan las circunstancias. Lo cual es muy difícil cuando prima el ego por encima de la racionalidad.
Sólo me resta terminar con la famosa frase de Julio Cesar al cruzar el Rubicón hacia Roma, en su cruzada desde las Galias: Alea iacta est; "La suerte está echada "