Nueva York está que arde. Las autoridades de la ciudad anunciaron varias medidas para afrontar la ola de calor más severa de los últimos siete años, que afecta a gran parte de EE.UU. y que elevará las temperaturas por encima de los cien grados Farenheit (37,7 C).
“Esta es una situación bien difícil. No hemos visto temperaturas como éstas en al menos siete años”, advirtió el alcalde Bill de Blasio, tras decretar el estado de emergencia.
La ola de calor ha obligado a que se cancelara, por primera vez en su historia, el Triatlón de Nueva York, cuya edición 18 estaba prevista para el próximo domingo en el que hubiesen participado unos 4.000 atletas.
“Con gran decepción anunciamos la cancelación del Triatlón Verizon de Nueva York”, indicó la organización en un comunicado en el que se explica que las condiciones del tiempo, que incluye advertencias de calor severo, seguidas de lluvias torrenciales y amenazas de tormenta, les llevaron a tomar la decisión.
También fue cancelado el festival “OZy” de comedia, programado para el sábado y domingo, y el que estaba prevista la participación del cantante John Legend, el director, escritor y actor Spike Lee, el comediante Trevor Noah, la chef Rachel Ray, el exjugador de béisbol Alex Rodríguez y la jugadora de fútbol Megan Rapinoe, entre otros.
De Blasio insistió a los neoyorquinos en que todos deben tomar precauciones y evitar salir a la calle si no es necesario.
La ciudad ha habilitado 500 centros con aire acondicionado donde los neoyorquinos pueden ir a refrescarse, y que incluyen bibliotecas, centros comunitarios y centros para ancianos.
“Manténganse hidratados, estas son condiciones realmente peligrosas, particularmente para niños, ancianos y personas con enfermedades crónicas”, advirtió De Blasio.
Entre las ciudades más afectadas por la ola de calor este fin de semana figuran Nueva York, Washington DC, Chicago, San Luis, Filadelfia, Nashville y Kansas City.
Por su parte, la directora del Departamento de Salud, Oxiris Barbot, recordó que las temperaturas que se esperan pueden ser mortales y exhortó también a los neoyorquinos a que se queden en casa.