Que nadie lo niegue: Santiago Matías, bautizado con el mote de Alofoke, es una figura de alta trascendencia en la sociedad dominicana. ¡Es un fenómeno social impactante!
Sí, aunque personalidades de la vida intelectual del país -incluso gente que ha emitido ácidas críticas en su contra- Alofoke es un influencer, como le llaman en estos tiempos de la cibernética dentro del indetenible proceso de la Internet.
Santiago Matías, a quien en sus inicios -con un trabajo especialmente en la plataforma de Youtube- se le conoció como un rapero popular, de la calle, hoy es un empresario cibernético de importancia, con una popularidad ruidosa que también se siente en programas de radio.
Y desde hace poco más de tres años -es lo que aprecio- su accionar ejerce influencia social a nivel nacional y hasta fuera de su lar nativo.
Dentro de su entorno, en el que figuran jóvenes que lo aclaman y les salen al frente a sus críticos, se resalta su popularidad.
Lean este concepto: “Nadie puede negar que Alofoke es un exitoso organizador de un reality show de YouTube que reúne a influencers y artistas. Es un líder dentro de una plataforma bien conocida como ‘Alofoke Media Group’”.
De igual modo -y quizás este informe tenga un increíble valor de credibilidad- Alofoke es considerado como un empresario y productor dominicano que se consolidó como influencer.
Esta incuestionable realidad lo sitúa en un espacio de singularidad social de República Dominicana y que ya tiene el “sello” de ser creador de contenido tras concretar -con resonante éxito- “La Casa de Alofoke”.
“La Casa de Alofoke”, según han señalado respetados miembros de la prensa nacional y hasta dirigentes políticos, se convirtió recientemente en un celebrado y exitoso reality show de YouTube que reunió a destacados influencers y artistas locales.
Espero que el contenido de este artículo no ocasione que algún “maledicente” crea que su autor, al resaltar al fenómeno de Alofoke, busca convertir al popular influencer como especie de una “fantasía de liderazgo social” y que, además, tenga alguna influencia en el panorama político-electoral dominicano. ¡Cuidado!
Santiago Matías -y esta declaración no debe quedar al margen de este texto- llegó a decir que su opinión en la política local podría infuir (¿?)) en favor de la ganancia presidencial de uno de los futuros candidatos en las venideras elecciones.
Detalle: el fenómeno Alofoke quizás vuelva a ser analizado en esta tribuna para darle un tinte político, si es que se decide a volcar su popularidad para respaldar a quien considere la mejor opción presidencial en la consulta electoral del 2028.
Pero, ¿será posible?






