Tal y como habíamos pre-escrito, estuvo hace unos días por el patio el expresidente colombiano Álvaro Uribe, ahora senador, y dictó conferencia, ofreció entrevistas a programas de televisión y a medios escritos, compareció a espacios radiales de amplios paneles y sostuvo reuniones con varios de los más importantes líderes políticos locales. Mucha gente se habrá preguntado qué podría haber detrás de la visible importancia que el líder colombiano le da a República Dominicana, y la interrogante tiene base en la ignorancia de los vínculos del ex mandatario sudamericano con poderes fácticos locales, que están moviendo sus fichas ante la proximidad del futuro próximo electoral. Continuaremos…
En la bajadita
Hay un eterno aspirante a la candidatura presidencial del PLD, promovido, como siempre, por varios de sus purgones cuando la competencia por la nominación morada va llegando a la curvita de la Paraguay, que sigue aplicando “su estrategia” de amagar y no dar, aparentemente inseguro aún de la conveniencia de lanzarse al ruedo otra vez, aunque en ocasiones anteriores, aunque la votación numérica que ha alcanzado ha sido pírrica y casi insignificante, nuestro personaje sí ha conseguido –como premio de consolación- importantes designaciones por decreto que lo han llevado a destacarse en su área profesional. Es decir, ha apuntado hacia un blanco político pero ha hecho diana en uno administrativo, quedando “subido en el palo”. Esta vez, sin embargo, los dinosaurios del PLD le tienen cogidas las señas, y me dicen que “lo están esperando en la bajadita, sólo quieren que se lance de verdad, porque el diamante no está tan en bruto como lo pintan ni es de Lutero la iglesia que él mismo pregona que le apoya”. No hay peor cuña que la del mismo palo, y en estas competencias internas no vale mucho que los actos y/o manifestaciones de apoyo los monten en Casa de Teatro, en el Bar de Teresa, en Lucía o en White House…