Gaspar Hernández.- La anciana Luvarda Sánchez nunca ha sido candidata a ningún cargo político en sus 80 años de vida. Y muchos menos ha tratado de aplicarle una sancadilla a ningún amigo o compañero de partido para arrebatarle el cargo; de hecho, no pertenece a ninguna parcela política. Quizás ni sepa como se llaman.
Sin embargo, la semana pasada le “quitó” el cargo a la síndico de Gaspar Hernández, Fátima Ovalles. Si, a esa misma, la que muchos en su pueblo alaban por su trabajo a favor de los más necesitados.
Y es que Adelita, así le llaman sus vecinos de la sección La Jaguita, se ganó el apoyo de Ovalle para que la sustituyera en el ayuntamiento por un día.
Allí la anciana, con mente lúcida y sin temblarle el pulso, despachó los trabajos del día, firmó cheques, tuvo su turno ante la sala capitular y hasta nombró personal. No con la destreza que por experiencia lo haría la incumbente, pero sí con el entusiasmo que una acción así le proporciona a aquellos ancianos que la vida no le ha dado la oportunidad, ya sea por falta de letra, sapienza política o fuerza económica, de ponerse al frente de su pueblo.
Pero no crean que Adelita solamente hizo el trabajo duro del ayuntamiento ese día. Ella también recibió el sueldo y las atenciones que conllevan el cargo, y de qué forma.
Su acostumbrada taza de café le fue servida de manos nada más y nada menos que de la propia síndico titular, quien diferente a lo que se acostumbra entre políticos, se sintió muy complacida con que uno de los suyos ocupara su silla de mando.
Al final del día, con la satisfacción de la labor cumplida, Adelita, vestida con su formal falda negra y blusa blanca, se fue a su casa con 300 pesos por su día de trabajo. Monto que se adiciona a un pequeño salario que mensualmente le tiene asignado la jefa municipal.
Pero no crean que ella será la única, la acción forma parte del programa de ayuda que desde antes de ser síndico mantiene Fatima Ovalles en favor de los ancianos de su pueblo, por lo que serán muchos los “Síndico por un Día” en el ayuntamiento de Gaspar Hernández.