Al ver el magisterio nacional con vocación huelguística no se puede hablar de desarrollo ni
de progreso general de la nación. No hay que evocar el cuerno de la abundancia que
prometían aquellos tontos abuelos. No vale decir nada de futuro progresista. No interesa
tampoco hablar de responsabilidades para las futuras generaciones. Todo eso es un paquete
de monsergas que no interesa ahora citar. Pérdida de tiempo. Pamplinas. Aquí
sencillamente no hay Patria. No la hay. No… (¿Cómo puede ser? Sí, me han engañado. No
puede haber Patria donde un maestro gana al mes lo estrictamente necesario para morir de
hambre).
Aquí no hay patria
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