Al leer que grandes y lujosos centros comerciales de Venezuela están quebrados, desolados y en venta, recordamos la opulencia en que vivían, allá en los ochenta, las clases altas en esa nación, hasta con su famoso “me lo llevo, dame tres”, en tiempos en que Los Guaraguaos clamaban en sus canciones por los infelices que vivían hacinados “en las casas de cartón” enclavadas en los cerros de Caracas. Deberíamos mirarnos en ese espejo y buscar un equilibrio, pues acá tenemos la misma pobreza y un alucinante “Mall boom”, símbolo de la irrefrenable locura consumista.