Puede que las tentaciones que afligen a una persona no tengan efecto alguno en los demás, mientras que sus puntos fuertes pueden resultar inalcanzables para otra persona.
Por eso en ocasiones lo que para unos es un vaso de agua, para otros es el mar.
Cada ser humano tiene su modo de percibir la vida y sus contratiempos.
Lo que sí tenemos en común, por ser un sentimiento universal, es EL AMOR, del cual se derivan acciones hermosas, como la bondad, fraternidad y esperanza.
Por lo rápido que va el mundo y lo convulso que es el día a día en estos tiempos, se nos olvida recordarle al AMIGO, A LA FAMILIA Y AL VECINO, que estamos ahí, presentes para escucharles y ser parte de la solución de muchas maneras:
1- con Un oído que escuche.
2- con una boca que NO blasfeme.
3- con una mente que no juzgue.
4-con unas manos que accionen a favor.
5- con un corazón bondadoso.
Y las mejores intensiones de ayudar.
En todo sean bien.