En el año 1996 el señor Miguel David Falette, quien fue nombrado vice-ministro de Turismo para la provincia María Trinidad Sánchez, y el señor Francisco Duarte, alcalde del municipio de Río San Juan, juntos a un grupo de ciudadanos, concebimos la idea de crear un evento turístico cultural que sirviera de plataforma para promocionar la belleza y los valores culturales que posee la región de la Costa Verde; es decir, los municipios de Río San Juan, Cabrera y Nagua.
Este evento, debido a su creatividad, obtuvo en sus primeros años resultados tangibles, logrando trascender más allá de nuestra patria chica (Río San Juan). Sin embargo, el proyecto Carnavarengue hoy se encuentra castrado en su propósito y secuestrado en su esencia para el cual fue creado.
Carnavarengue es un evento con su esencia en declive; hoy en día sólo está basado en montar una tarima y varios ‘discolight’ de casas licoreras con la finalidad de promover sus productos, impactando negativamente la mente de la juventud, pero sobre todo el bolsillo de padres de familias. De igual manera, su esencia consistente en los trajes y máscaras se han convertido en una rutina de calidad competitiva entre los mismos participantes por más de una década, generando un estancamiento en jóvenes que no cuentan con los recursos y experiencia para competir.
En tal sentido, entiendo que debemos innovar, crear, educar y abrir las puertas a nuevos talentos, de manera, que el Carnavarengue sea visualizado como un evento regional con proyección nacional e internacional; abierto al pueblo, en el cual participen artistas, artesanos, pintores, taxistas, comunicadores, educadores, compositores, hoteleros, propietarios de restaurantes, Tour operadores, exponiendo y promocionando los valores y belleza que posee la Costa Verde.
Es tiempo de que convirtamos nuestro carnaval en un evento que afiance nuestros valores; que sea una fiesta fraterna y de integración comunitaria, para que cientos de compueblanos radicados tanto en el interior como en el exterior del país lo acojan con orgullo como el evento carnavalesco de la Costa Verde, es decir, Río San Juan, Nagua y Cabrera.