En aquel apacible, bucólico y familiar poblado de Río San Juan, donde nacimos y crecimos cuando no existían celulares ni televisión, los niños en sus tardes libres y fines de semanas, nos dedicábamos a disfrutar de las diversiones que nos brindaba la naturaleza, como bañarnos en la playa, la Laguna, pescar o practicar el clásico juego de bola o mate.
Casi siempre contábamos con un fiel amigo que hoy podríamos llamar íntimo.
De este amigo nos hacíamos acompañar de estas aventuras, como también nos ayudaban cuando nos asignaban una tarea, como limpiar el patio, o hacer los mandados. Este amigo se hacía tan presente que si era hora de comida, también participaba del almuerzo.
Nuestra madre al ver esta “juntiña” a veces exclamaba: “ ahora si andan ustedes para arriba y para abajo “como Cepa y Cepín”.
¿De dónde viene esta vieja expresión, que tantas veces oímos en la niñez y que aún se repite?
Relata la historia y en particular el general José Miguel Soto Jiménez, en su libro Memorias de Concho Primo, que el general Manuel de Jesús Cepín, alias Neney, accionando una pieza de artillería, esta explotó frente a él, perdiendo en la acción su mano derecha, convirtiéndose en lo que nuestra gente llama “un Moncho”.
Neney continuó sus andanzas como revolucionario tumba gobierno. Pero ante la imposibilidad de recargar su revolver por su impedimento físico, se hacia acompañar de un mochilero apodado “Cepa”, cuyo trabajo era recarga el arma del mocho Cepín, y este mantenerse disparando con la mano sana.
Caminaron muchos caminos y combatieron juntos en muchos campos de batalla de tal manera, que al verlo llegar las gentes decían “llegaron Cepa y Cepín”.