Desde que salí de la Dirección de Tránsito Terrestre, al quedar oficialmente constituida el INTRANT, he optado por mantenerme distante y no emitir opinión sobre esa institución, por un asunto de delicadeza y consideración a sus autoridades.
Esa ley que dio paso a esa nueva entidad ya va a cumplir dos años de promulgada por el Poder Ejecutivo, tiempo suficiente para que se comenzaran a observar resultados radicales.
Con gran decepción hemos visto como los resultados de tan anunciada legislación se ha quedado rezagada, estancada, sin resolver un solo de los problemas cruciales que convierten el tránsito en nuestro país en uno de los más caóticos y desorganizados de todo el mundo.
Esto que digo no es nuevo para nadie, sino que salgan cualquier día de la semana, a cualquier hora y por cualquier lugar del Gran Santo Domingo, para que experimenten lo que es un pandemonio vehicular.
La improvisación y violación de la propia ley se han convertido en el pan de cada día de las autoridades del INTRANT, actuando con la única y exclusiva finalidad de causar efectos mediáticos en la opinión pública. Eso lo vemos constantemente, al tomar un tema para llamar la atención, durar unos días figureando, para luego olvidarlo y esperar el momento para asumir otro caso que les permita moverse en los medios.
Ese estilo, indudablemente ha ido provocando una pérdida absoluta de credibilidad en esa Institución, al punto, que ya esos shows mediáticos son objetos de burlas en la gran mayoría de la población, claro, exceptuando a los que se benefician de su publicidad generosa. Aunque cuando algo se reduce a la ridiculez ya no hay poder ni recursos que le permitan seguir navegando en esas torbellinas aguas.
Con casi dos años de operación, con decenas de asesores nacionales e internacionales, que le ocasionan muchos millones de gastos al Estado dominicano, ahora, hace unos días, es que anuncian algunos reglamentos, que según la propia ley, tenían un plazo de nueve meses, después de su promulgación. Cómo puede inferirse gastos millonarios para sencillamente violar sus propios plazos y la ley que la rige.
Después que una ley es promulgada es obligatoria cumplirla para todos, sin excepción, aunque en este caso los llamados a aplicarla son los primeros que la desconocen.
Qué pena que eso esté ocurriendo, cuando en ese equipo que dirige el INTRANT, todos depositados nuestra confianza para que definitivamente resolvieran al problema del Tránsito, que junto a la delincuencia son los que en estos momentos afectan con mayor impacto la nación dominicana.
Qué pena, cuando creemos en alguien para algo tan delicado y lo que nos encontramos es con un arsenal de ineficiencia, ineptitud y sobre todo poca humildad para enfrentar la situación que a todos nos afecta y que cada día se complica más. Si la situación continúa al ritmo que va, en poco tiempo nos será imposible salir a cumplir con nuestras responsabilidades, ya que el caos vehicular, con su secuela de tapones, nos lo impedirá.
Qué pena, cuando nos encontramos con un panorama tan delicado a nivel de Tránsito y Transporte, y las autoridades del INTRANT, lo que salen es con una parafernalia para anunciar, primero lo de los alcoholímetro, luego lo de las luces y ahora con unas medidas sobre los vehículos pesados o de doble enganche.
También han anunciado como una novedad lo de las multas para la renovación tardía de las licencias de conducir, lo cual está contemplado en la ley, lo que desde su promulgación debía estarse aplicando, por lo que el anuncio de esa medida es un reconocimiento de la violación de su propia ley.
En verdad, lo de los vehículos pesados fue que me motivó a no callar más sobre todos los intentos del INTRANT para justificar su ineficiencia.
Lo primero es que todas esas medidas que anuncian cada cierto tiempo son parte de la ley, por lo que simplemente lo que deben es ponerla en práctica. Las leyes no se aplican por parte, simplemente se aplican, aunque parece que las autoridades del INTRANT entienden que la ejecución de un artículo debe depender de una decisión personal, anunciada en el momento que le parezca oportuno.
Por ejemplo, y es algo deprimente, todo lo anunciado por la distinguida dama que ostenta la Dirección Ejecutiva de esa entidad reguladora del Tránsito y el Transporte sobre los vehículos pesados está contenida en una resolución que la Dirección de Tránsito con la colaboración de la Asociación de Industriales de la República Dominicana-AIRD, emitiera en el 2014.
En ese reglamento, la DGTT establece que los vehículos pesados de doble y triple enganche deberán circular por la derecha, a 70 Kms. velocidad máxima, con reflectores para evitar accidentes, con las gomas en buen estado, en horas específicas y por lugares establecidos, además, que no podían circular por el casco urbano.
Esos vehículos pesados, según el reglamento que está firmado por un servidor, establece varios requisitos a los ya mencionados y el cual fue consensuado con al AIRD.
Entre las condiciones para un vehículo estar en condiciones de circular, era la de tener un permiso de la Dirección Técnica de Tránsito, donde se hacía constar todas las especificaciones del itinerario que iba a recorrer. Esa es la realidad, por lo que venir ahora a anunciar esto como un gran acontecimiento o tiene otro calificativo que de un plagio muy burdo.
Cuando se conformó el INTRANT, todos nos hicimos muchas expectativas, por los grandes recursos de que dispone y apoyo desde el Gobierno Central.
Cuando dirigimos a Tránsito por siete años, hicimos lo que pudimos, amarrados a una ley con casi 50 años, sin presupuesto asignado y completamente abandonados por el MOPC. Aun así hicimos nuestro trabajo, los hechos están ahí y el tiempo y la opinión pública son los mejores testigos.
De corazón, con todo lo que nos ofrecía esta nueva, novedosa, avanzada y moderna ley, entendíamos que definitivamente el problema del Tránsito y Transporte iban a quedar definitivamente resueltos en nuestro país.
Con pena tengo que admitir que en términos generales, a dos años de promulgarse la ley, sencillamente siento que hemos retrocedido.