El concepto de “teorías conspirativas” circula desde hace tiempo, pero la Agencia Central de Inteligencia (CIA) lo promovió después del asesinato del presidente John F. Kennedy. La gente rechazó la versión oficial: que un pistolero solitario mató al presidente, y otro solitario mató al homicida.
Fue entonces que la CIA decidió desacreditar toda narrativa contraria a la versión oficial, descartándola como puras “teorías conspirativas”. Hace poco, las disidencias de las versiones oficiales sobre el origen del Covid-19 y las vacunas, primero se definieron como “teorías conspirativas”, luego como “noticia falsa”.
Dos cosas hoy son aceptadas como ciertas. Más de un pistolero disparó contra el presidente Kennedy, eso es innegable. Ciertamente el virus del Covid-19 viene de murciélagos, pero no salió de un mercado, fue del laboratorio de virología de Wuhan. Las conspiraciones son reales, aunque fallen algunas teorías sobre motivaciones, denunciaré dos conspiraciones.
Y presento evidencias irrefutables, comprobables, en deportes y educación.
Los políticos del gobierno, todos los gobiernos, de manera deliberada trabajan contra nosotros, nuestros descendientes, y el país.
Tenemos cinco peloteros en el Salón de la Fama y varios centenares de súper estrellas activas y retiradas, ganamos cuatro medallas de oro en los Juegos Olímpicos. Si existiese la voluntad política, el Ministerio de Deportes invitaría a nuestras estrellas deportivas a dar clínicas los fines de semana en los 158 municipios del país. Se puede.
Y decenas de educadores dominicanos hicieron importantes aportes en el sistema educativo neoyorquino, el más grande y complejo de los Estados Unidos. En otros estados tenemos educadores destacados, activos y retirados. Esa gente tiene una experiencia invaluable que, si existiese la voluntad política, el Ministerio de Educación estaría aprovechándola.
En la naturaleza no existe el vacío, al no utilizar nuestros mejores ejemplos, los gobiernos crean un vacío, llenado con ciertos contenidos cloacales de algunos medios sociales.
Desperdiciar ejemplos positivos, recursos humanos invaluables, no es obra de un partido, toda la clase política está comprometida.
Es difícil negarlo, esa es una descarada e innegable conspiración contra la nación.