La bondad se puede confundir como debilidad y la creación tardía en impotencia.
Los conspiradores que ahora sacan el pecho no entienden que esa forma de interpretar a un presidente joven y lleno de humildad, y a un partido recién creado como el PRM (2014), pude ser extremadamente peligrosa.
Creen que tienen el campo abierto para iniciar una ola de actos terroristas en todo el país, sin mayores consecuencias. Apuestan a la debilidad.
Pero olvidan algo. El 90% del PRM fue, en su momento, miembro del PRD, un partido con una tradición de lucha legendaria. Y no de cualquier lucha. Contra Trujillo, contra sus remanentes, contra el triunvirato, contra Balaguer y que encabezó la gloriosa gesta revolucionaria de abril del 1965.
Y Luis Abinader ha demostrado, que no se le aprieta el pecho para actuar con firmeza cuando es necesario.
Este es un mensaje para los que encabezan y dirigen esos actos terroristas.
En el PRM y en el gobierno sabemos cómo responder en cualquier terreno. Tenemos historia de cómo luchar contra el enemigo y como descabezarlos.
Los terroristas serán perseguidos donde quiera que estén, atrapados y sometidos a una fuerte dosis de su propia medicina. Una demostración de que con nosotros no se juega.
El caso del aeropuerto, que no es el único acto terroristas cometido, sería un buen comienzo. Hay que concentrar todos los esfuerzos de inteligencia en atrapar a esto hijos de puta y darle su merecido. Quizás eso sea suficiente para para que entiendan que no deben jugar con fuego.
Pero lo mas importante no son las manos criminales, sino las cabezas que los dirige. Son varios y conspiran desde la oscuridad para desestabilizar al gobierno y frenar la persecución contra civiles y militares por actos de corrupción.
Ese es el trasfondo del asunto, Miedo a la cárcel. Miedo a que su riqueza mal habida sea confiscada. Miedo a la vergüenza.
Por ahí hay que comenzar la búsqueda. Porque algunos de esos conspiradores y corruptos saben que su turno les llegara para enfrentar a la justicia.
La impunidad ya es historia y jamás se debe perdonar a los que desfalcaron al país durante años. La sociedad civil no lo perdonaría y por eso se lanzó a las calles para que el país cambiara de rumbo.
Por su parte, el partido en el poder debe estar preparado para defender a su gobierno. Organizarse y reagrupar sus fuerzas. Lo que viene no es fácil y se requiere ejercitar los músculos, porque el poder también debilita, acomoda y atrofia.
Y desde las alturas solo se ve el bosque en perspectivas, pero no lo que hay dentro. Y dentro del bosque es donde se conspira.
Los funcionarios no solo están para ejercer una función pública. Nadie es puramente tecnócrata. Todos llevan sangre política en sus venas y de vez en cuando hay que extraerla para bajarlos de las alturas y ponerle el zafarrancho de combate.