La comunidad dominicana en Puerto Rico está pasando por uno de sus peores momentos en la historia, con las redadas del Servicio de Control Migratorio, dejando estas una estela de temor, comercios paralizados y familias fracturadas.
Desde enero alrededor de 400 dominicanos han sido apresados, según la BBC News Mundo. Estos operativos han afectado profundamente el tejido social y económico de las zonas de mayor migración dominicana, como lo es el Barrio Obrero. En este lugar según las informaciones, hay personas pasando hambre, porque no se atreven a salir de sus casas.
El Comité Dominicano de los Derechos Humanos en Puerto Rico, ha denunciado que se está gestando una crisis humanitaria. El impacto económico es palpable, según denuncia la propietaria del Fogón de Chary, un Restaurant del Barrio Obrero, que según ella vendía entre 3000 y 4000 dólares diarios y ahora solo vende 100.
Otros negocios como barberías, salones de belleza y agencias de envíos de remesas, han tenido una drástica caída de su clientela. Afirman dominicanos residentes en Puerto Rico, que en las redadas los tratan como delincuentes vulgares, teniendo muchas mujeres que abandonar sus tratamientos médicos, por temor a ser deportadas, cayendo en un total estado de desamparo.
Pero lo más triste de la situación, es que ante esa persecución despiadada e inhumana, la Cancillería dominicana no dice nada, no da la cara para defender a sus compueblanos, asumiendo un silencio cómplice ante un trato cruel y despiadado. Mientras los dominicanos son perseguidos y arriados como animales en Puerto Rico, la indiferencia es la respuesta.
Al parecer el sufrimiento, el dolor y el hambre jamás vivido por los dominicanos en Puerto Rico, no le importa a nadie y sobre todo a las autoridades responsables de velar por el bienestar de sus ciudadanos.
La pregunta que se hacen no solo los dominicanos, sino ciudadanos del mundo, organismos internacionales e instituciones que defienden los derechos humanos, es la razón por la cual en nuestra isla, nadie protesta ente semejante ignominia.
Al parecer quienes están llamados a hacerlo, no tienen moral, ya que coinciden con ese mecanismo propio de épocas ya superadas. Esa visión de carencia de empatía, bondad y amor a los semejantes, ha sido dejado a un lado, por una persecución y agresión migratoria sin control ni límites humanos.
EL SILENCIO CÓMPLICE ES IGUAL O PEOR QUE LA ACCIÓN MISMA.
DOMINICANOS DEL MUNDO UNÍOS EN CONTRA DE LA BARBARIE.