Dos razones me motivaron a escribir éste artículo: la primera fue el encuentro que organizó al Tribunal Constitucional, en el cual participamos, para despedir a los cuatro magistrados que ya cumplieron su mandato constitucional. La segunda es la nostalgia y tristeza de que he sido testigo, de parte de mi esposa, Isabel Bonilla, por la partida de sus compañeros, con los cuales compartió por 7 años.
El acto de despedida de los magistrados Víctor Gómez Bergés, Idelfonso Reyes, Jottin Cury y Leyda Margarita Piña Medrano, estuvo cargado de emotividad, lágrimas y manifestación de muchos afectos. Es oportuno reconocer la actitud de solidaridad del Presidente Magistrado, Milton Gay Guevara y su expresión de sensibilidad ante la partida de quienes lo acompañaron desde la fundación del TC.
Aunque he vivido este proceso de manera indirecta, también me siento con cierta nostalgia, lo cual he compartido con Isabel, a quien he visto vertir continuas lágrimas por la partida de sus cuatro compañeros. Es indudable, que cuando compartes un escenario de tanto nivel de responsabilidad, se producen diferencias, que en determinado momento pueden llegar a niveles muy altos.
Estoy seguro que en estos siete años de compartir el TC, se han presentado dificultades y confrontaciones, propias de los órganos colegiados, lo cual nunca laceró el cariño y amistad con los magistrados salientes. Por eso salen como los grandes, con la frente en alto y el deber cumplido, y sobre todo con el amor incondicional de todos los magistrados, que con tristeza observan su despedida, para proseguir los senderos naturales que nos ofrece la existencia.
De mi parte y en nombre también de Isabel, voy a referirme brevemente a cada uno de los magistrados, que con honra marchan hacia la gloria por el legado que dejan escrito para la historia.
Idelfonso Reyes, un hijo de Río San Juan al igual que Ana Isabel, el cual con esfuerzos y estudios se ha forjado a sí mismo, desempeñando diversas funciones en el Ministerio Público, con reconocida e incuestionable solvencia moral. Su despacho y el de Isabel fueron vecinos, así como lo fueron cuando estudiaron juntos en su pueblo natal. Su amistad de toda la vida también se reflejó en sus despachos, los cuales se convirtieron en una gran familia.
Juttin Cury David, de reconocida estirpe jurídica heredada de su padre, Jottin Cury, por méritos propios ha desempeñado una labor jurídica que le ha ganado el respeto de la comunidad profesional. Es un magistrado humilde, de excelente trato, lo cual en el TC le ganó el aprecio de sus compañeros y empleados.
Víctor Gómez Bergés, quien se puede considerar un decano de la administración pública, desempeñando funciones desde muy joven en el Estado, las cuales van, desde Ministro del Interior, Educación, Canciller, Senador, Embajador, etc., culminando esta extensa y exitosa trayectoria, siendo Juez del Tribunal Constitucional. Distinguiéndose en este órgano, como lo hizo en toda su carrera, con elegancia, diplomacia y fino trato con los demás.
Leyda Margarita Piña Medrano, una exquisita dama, de trato afable y cortés, con una solidez jurídica incuestionable y un acervo cultural muy amplio y variado, como resultado de su formación francesa. En ella recayó la responsabilidad de ser la primera sustituta del Presidente del TC, labor que desarrolló con altura, responsabilidad y siempre apegada a sus principios, de marchar al lado de la verdad, la justicia y las normas jurídicas y disciplinarias que demandaban las circunstancias.
Mi reverencia ante esa distinguida dama, que honró con su presencia el TC, de la misma manera que lo hizo en la Cámara Contenciosa de la Junta Central Electoral.
La vida no es estática, está en constante cambio y movimiento, por lo que al salir del TC, ustedes asumirán nuevos retos, que nadie puede predecir, pero tengo la seguridad, que desde cualquier lugar seguirán realizando aportes positivos a una sociedad que tanto lo necesita.