EL MAYOR PELIGRO PUEDE ESTAR EN NUESTRO INTERIOR.
Cuenta la historia que en las selvas amazónicas, un árbol que se erguía majestuoso sobre todos las demás, había sobrevivido por mil años, resistiendo con hidalguía las embestidas frecuentes e ininterrumpidas de la naturaleza. Huracanes, incendios, sequías e inundaciones.
Todos visitaban el lugar para observar al árbol centenario, lo cual se había convertido en un continuo peregrinaje de turistas, que quedaban admirados con la majestuosidad y belleza de algo que parecía divino. Al parecer en algún momento nadie pudo notar, que una especie de la familia de la Anobium punctatum(carcomas), cuyas larvas se alimenta de madera, penetró sigilosamente en el árbol.
Al pasar los años las larvas con paciencia pero sin tregua, afectaron la estructura del árbol, por lo que todo parecía normal en el exterior, pero en el interior el daño fue irreversible, quedando el árbol hueco y muy debilitado. Esto provocó lo que parecía inimaginable, el fin de ese árbol, que había resistido por siglos los golpes furiosos y violentos de la madre naturaleza.
Lo que observado desde el exterior parecía indestructible e invencible, fue materializado por diminutas e insignificantes larvas, que con paciencia y perseverancia lograron esta hazaña desde el interior.
ENSEÑANZA:
Nunca es correcto subestimar a nadie, por más débil que pueda parecer, ya que en ocasiones lo que podría observarse como algo inofensivo, si te descuidas, podría convertirse en el adversario más letal.
El enemigo más peligroso no siempre es el que aparenta serlo, ni siempre es un enemigo externo, ya que quien logra penetrar en nuestro interior por medio de la mente, se convierte en un enemigo imperceptible. Sin usar la fuerza, ese adversario que subestimas, poco a poco puede ir royendo y destruyendo tus defensas, hasta convertirte en un ser débil y vulnerable.
Cuando vayas para una batalla, recuerda no sólo prepararte físicamente, sino y sobre todo hacerlo mentalmente. EL MAYOR PELIGRO PUEDE ESTAR EN NUESTRO INTERIOR.