"Puedes que no tenga victorias notables, pero puede sorprenderte con las derrotas que logre sobrevivir".
ANTÓN CHEJOV
SI TE DAN LIMONES HAS UNA LIMONADA.
Edgar Bergen desde que era niño tuvo una marcada predilección por la fotografía, por lo que solicitó a través de unos relacionados la compra de un álbum de fotografía a una ciudad cercana de donde vivía. Por un error de la vida, los amigos en vez de traerle el álbum solicitado de fotos, le trajeron uno de ventriloquía.
Edgar en principio reaccionó sorprendido y hasta un poco confundido, pero no pronunció una solo queja ante sus amigos, que sin proponérselo no ejecutaron correctamente el pedido. En vez de reaccionar molesto, puso en movimiento su creatividad y empezó aprender ventriloquia.
En 1922 Edgar creó lo que fue el famoso muñeco de nombre Charly Mccarty, para lo cual se inspiró en un niño que conoció mientras trabajaba en un teatro, de aspecto pícaro y elegante, con un esmoquin, sombrero de copa y monóculo.
La fama de Berger y su muñeco Charly, llegaron en 1937, cuando fue contratado por un programa de radio, "The Chase and Sanborn Hour", de la cadena NBC. Su éxito no se limitó a la radio, sino que Edgar y Charly aparecieron luego en películas, producidas por Disney, compartiendo pantalla con Mickey Mouse.
Con la llegada de la televisión en 1950, Berger y Charly pasaron a convertirse en figuras muy populares, hasta la muerte de Edgar en 1978.
ENSEÑANZA:
Este relato nos demuestra la importancia que es tener una actitud positiva y perseverante, ya que si Edgar no lo da un giro creativo al dilema presentado al llegarle el libro equivocado, simplemente se hubiera quedado en quejas y lamentaciones. En cambio, Berger entendió que para llegar al éxito, hay que tener la capacidad de hacer ajustes cuando las circunstancias te lo exijan.
Esta es una bella historia que nos ilustra sobre la que significa tener la visión de tratar de nuevo cuántas veces sea necesario y no dedicarnos a llorar en el camino, si las cosas no salen como lo teníamos planeado. Eso son los momentos de levantarnos y comenzar a andar, porque el nuevo camino nos puede llevar a un inesperado y bendecido destino, sin jamás dejarnos vencer por la adversidad, como le ocurrió a Edgar Bergen.
SI LA VIDA NOS DA UN LIMÓN, PUES HAGAMOS UNA LIMONADA.